domingo, 20 de julio de 2008

La moral en los genes

"La Lección de Guitarra” (1934), obra de Balthus. Nos incomoda a todos.

Immanuel Kant postulaba que nuestros juicios morales dependían principalmente de la razón. En cambio para David Hume era la emoción la que guiaba cualquier decisión moral. Marc Hauser, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y autor del libro “Moral Minds (Mentes Morales: la naturaleza de lo correcto y lo incorrecto) sostiene la tesis siguiente, ya en el prólogo de su libro: “Nacemos con un instinto moral, una capacidad que crece de forma natural en cada niño, desarrollada para generar juicios rápidos sobre lo que es correcto o incorrecto, y basada en unos procesos que actúan de forma inconsciente. Parte de este mecanismo fue diseñado por la mano ciega de la selección darwiniana millones de años antes que nuestra especie evolucionase. Otros aspectos fueron añadidos o actualizados durante la historia de nuestros antepasados, y son exclusivos de los humanos y su psicología moral.”

Según Hauser existen unos principios universales e inconscientes que subyacen a nuestros juicios sobre lo correcto y lo incorrecto. Las diferencias culturales afectan a cómo actuamos frente a dilemas morales concretos (pena de muerte), pero no tanto en cómo los valoramos de una forma abstracta (matar es malo). En esto todos los humanos compartimos una innata lógica común.

Marc Hauser pretende hacer por la moral lo mismo que Noam Chomsky hizo por el lenguaje. Chomsky propuso la teoría por la cual se hizo famoso, cuya idea principal era la siguiente: si nos fijamos en la adquisición del lenguaje en el niño, los estímulos que recibe son escasos comparado con las generalizaciones que hace, con lo bien que lo aplica, no comete errores de construcción , no dice las frases al revés. Como resultado, tenemos que inferir que el niño ha nacido con cierto tipo de capacidades innatas que, en palabras del propio Chomsky, le permiten hacer “crecer” el lenguaje, no aprenderlo, sino hacer crecer como por ejemplo nos crecen los brazos.

En cuanto a la moral, imagina que conduces un tren y repentinamente ves a cinco personas caminando por la vía. Antes de arrollarlas, puedes desviar el tren a una bifurcación por la que camina una persona solamente. ¿Cogerías el desvío para salvar a las cinco personas a pesar de producir la muerte del otro caminante? La mayoría de las personas dice que lo haría. ¿Sería correcto que un médico le quitara cinco órganos a una persona saludable para salvar la vida a otros cinco pacientes? La mayoría de las personas responde que no. Sin embargo, casi nadie consigue explicar el porqué de sus elecciones.

Otro ejemplo, la prohibición en el incesto, nuestra facultad moral declara instintivamente que ese incesto repugna y es inadmisible. Según Hauser, estos ejemplos son pistas que le permiten suponer que tenemos una moral innata.