
Un poco de todo lo relacionado con la cultura y el pensamiento, incluido el científico. Desde un punto de vista personal.
sábado, 17 de octubre de 2009
La concentración del sexo

domingo, 30 de agosto de 2009
Todo sobre el incesto

jueves, 13 de agosto de 2009
El erotismo de las estatuas

sábado, 8 de agosto de 2009
Sexo y arte de los fluidos corporales


Todo lo corporal produce en el fondo atracción.
domingo, 2 de agosto de 2009
Adulterios de adultos
miércoles, 15 de julio de 2009
Sexo en la conquista de América

jueves, 25 de junio de 2009
Las rubias naturales tienen ventajas

Hay una creencia popular según la cual si un murciélago entra en el cabello de una mujer quedaba irremediablemente enredado en el. Y eso tiene una cierta base. En el pelo rubio concurren más factores que el color. La cabellera de las rubias está ornada por una media de 140.000 cabellos por 108.000 en las morenas. Apenas 90.000 en las pelirrojas. Las rubias tienen además el pelo más fino, suave y sedoso.
jueves, 21 de mayo de 2009
El eterno femenino y los mirones

Bettina, la acróbata que describe Goethe en sus Epigramas venecianos, era tan elástica y tan ágil, tan maravillosamente hecha y tan flexible que podía tocar su cuerpo de todas las maneras posibles. Goethe se pregunta a qué especie pertenece, pues la chica es simultáneamente pez, concha, reptil, pájaro, humano y ángel.
El escritor siente miedo y arrobamiento: " Lo que más me preocupa es que Bettina crece cada día más en soltura, en belleza y en dominio de sí misma. Su cuerpo se perfecciona cada vez más. Al final se acariciará con la lengua su propio sexo. Jugará con su encantador cuerpo y perderá todo interés por los hombres."
sábado, 7 de febrero de 2009
Las obras de arte desnudas , el hombre.
La estatua había sido encargada por el propio emperador. Canova era famoso en toda Europa como exponente del neoclasicismo, el estilo que aspiraba a recrear el arte griego antiguo. En su centro se encontraba el cuerpo masculino desnudo.
A Napoleón le habría convenido leer lo que Joshua Reynolds, teórico además de pintor, había dicho sobre el tema en sus "Discursos": los estadistas griegos eran lo suficientemente idealistas como para retratarse desnudos, pero los modernos carecían de esa inocencia. Una estatua desnuda de Napoleón era ir demasiado lejos.
En el hall de entrada del Museo Británico se destaca una obra maestra de la escultura clásica: el Lanzador de Disco. Este atleta olímpico es el ideal griego, la quintaesencia de un ideal atlético venerado por los hombres victorianos que aspiraban a ser especímenes físicos dignos de gobernar un imperio en expansión.
Y sin embargo, como la inmensa mayoría de las obras por las cuales conocemos el arte griego clásico, se trata de una copia romana. Perteneció al emperador Adriano y proviene de su villa en Tívoli, Roma.
Él fue el coleccionista romano de arte griego más apasionado.Y disfrutaba no sólo el arte sino el amor griego. Su fascinación por la cultura griega era inseparable de su culto por su amante masculino, Antinoo.
El afán griego por retratar al cuerpo masculino desnudo era una expresión directa de una cultura que nosotros llamaríamos homoerótica. La complejidad aparece cuando más tarde los europeos emulan el desnudo griego. La pregunta es: ¿por qué quisieron hacerlo? La respuesta es simple: porque los griegos transformaron el cuerpo en filosofía.
Si observamos las representaciones griegas de la figura masculina vemos de inmediato lo regulares, sistemáticas y abstractas que son. La síntesis de cómo tiene que lucir el cuerpo de un hombre confiere una cierta irrealidad a las estatuas griegas. La insistencia en el cuerpo "ideal" y permanente es comparable a los filósofos y científicos griegos, desde Pitágoras a Platón, que buscaban la verdad más allá de las apariencias visibles.
La creencia en un conjunto de proporciones ideales para la cabeza, el torso y las extremidades de un hombre sobrevivió hasta el Renacimiento en los escritos de Vitruvio, el teórico de la arquitectura. En el siglo XV, Leonardo da Vinci dibujó su famoso diagrama del "hombre vitruviano" con las piernas y los brazos abiertos en forma de estrella, revelando que éste encaja dentro de una figura geométrica: hay una geometría secreta en el diseño humano.
De pronto podemos ver que los artistas griegos no sólo encubrían deseos no reconocidos. El hombre vitruviano de Leonardo resulta antes cosmológico que erótico. La forma de estrella que asume el hombre nos hace ver la humanidad en una escala astral.
Empero, los griegos eran plenamente conscientes de los peligros potenciales del arte del desnudo, mas les generaba inquietud solamente a la hora de retratar mujeres desnudas. Cuando Praxíteles esculpió a una Afrodita totalmente desnuda, fue un acontecimiento sensacional. Plinio el Viejo relata que los visitantes a su santuario no podían contenerse, y que todavía en su época podían verse las manchas del encuentro de un hombre con la estatua.
En la Italia del Renacimiento, los escritos de Platón, en los cuales el deseo masculino por los hombres es una parte noble de la cultura filosófica, fueron traducidos y reverenciados, pero se tra taba de una sociedad donde un individuo podía llegar a ser quemado por sodomía. Este toque adicional de pecaminosidad y castigo parecía incitar a los renacentistas.
El "David" de Donatello fue puesto en el patio del Palacio de los Medici para anunciar el retorno espectacular del desnudo artístico después de un milenio de culpa cristiana. El arte del Renacimiento italiano es sexual. Y esta sexualidad se ve intensificada por el miedo cristiano.
Los desnudos renacentistas enfrentan el miedo con violencia, como castigando el cuerpo masculino para corregir el pecado de mirarlo: San Sebastián es un favorito, atravesado por las flechas. Y Cristo crucificado. En la Deposición de Caravaggio, en el Vaticano, la carne desnuda de Jesús es descendida a la tumba, desnudo poco heroico, como para compadecerse.

En cuanto a representar la propia desnudez, hay ejemplos entre los artistas, como Caravaggio que se pinta a sí mismo como el Goliat decapitado por David o se pone una cabeza de medusa infestada de serpientes. Miguel Ángel prefiere ponerse en la piel temblorosa de San Bartolomé y netronizarse en el techo de la Capilla Sixtina y Rafael forma parte de la reunión de los filósofos de la Escuela de Atenas. Pero se trata siempre de disfraces, de representar papeles. Paul Elouard explica que puede ser porque mientras se veían en un espejo para retratarse pensaban que no eran ellos mismos. Alberto Dudero es uno de los pocos que se autorretrata desnudo sin ocultar ninguna arruga de su anatomía y sus genitales están reproducidos tan detallísticamente como su rostro. Algo así sería impensable en Rembrandt o Van Gogh.
domingo, 11 de enero de 2009
Las felaciones en Egipto

Set sostiene una deidad y una sacerdotisa le hace una felación.
A finales del siglo XIX, Sigmund Freud, diferenció tres etapas en los orígenes de la sexualidad humana: la oral, la anal y la genital. Desde que nacemos, el primer placer nos llega a través de la boca cuando mamamos del seno materno, una sensación de bienestar que queda almacenada en la memoria y que tratamos de reproducir posteriormente a través de los besos, que también pueden efectuarse en la zona genital.
Desmond Morris, explica en su libro El mono desnudo cómo el hombre primitivo utilizaba la boca para dar y obtener placer con su pareja. Al parecer, en los primeros contactos, los besos se repartían principalmente entre el cuello y los lóbulos de las orejas y, posteriormente, en los genitales. El macho se dedicaba a lamer el clítoris de la hembra -cunnilingus (del latín cunnus, vulva y lingere, lamer)- y ella a chupar el pene de su compañero -felación (de fellare, chupar)-.
En contra del tópico y mal que le pese desde el cielo a Terenci, la iconografía erótica del antiguo Egipto representa muy escasas felaciones y abundantes cópulas a tergo que aparece especialmente representada en los ostracas (fragmentos de piedra caliza con bocetos informales dibujados) A tergo es decir, por detrás pero por vía vaginal. Hay pocas representaciones de la cópula humana en la iconografía egipcia y la que aparece con más frecuencia es esa posición con el hombre penetrando a la mujer así. Eso ha llevado a suponer que se trataba de una práctica habitual, quizá la forma característica de hacerlo en el antiguo Egipto.
Pero el caso es que en el análisis de la conducta sexual de 190 culturas humanas de Beach y Ford (Conducta Sexual humana, 1955), no aparecía ninguna en la que fuera preponderante la cópula a tergo. ¿Por qué iba a ser una posición canónica entonces en el Egipto faraónico? Es posible que esas representaciones no plasman en realidad cópulas a tergo sino en su mayoría sexo anal. Se puede considerar que se trataría de demostraciones de poder sobre el partenaire (la sodomización lo era en el Egipto faraónico; pasividad = debilidad) y que los protagonistas serían ambos masculinos en una proporción mayor de lo que parece.
Entonces, si los egipcios no lo hacían mayoritariamente a tergo, ¿cómo lo hacían?. Es significativo lo poco que aparece el acto sexual en general en el mundo egipcio, antes de la época grecorromana. Existe una relativamente abundante iconografía en lo referente al acto sexual entre divinidades pero poquísima en el ámbito humano, poco más de una treintena de cópulas en total. Ciertamente, los egipcios contaban en su panteón con el dios Min, en perpetua erección; Hathor que podía ser bastante desinhibida, y Geb y Nut y Osiris e Isis (cada pareja por su lado) lo hacen de manera recurrente en imágenes por todo Egipto. Pero se trataba de cópulas sagradas.
En cambio, del ámbito privado, cotidiano hay muy poca cosa, los ostracas, algún grafito como el de Uadi Hammamat. Y el excepcional papiro erótico de Turín, de época ramésida, en el que aparecen dibujadas una serie de encuentros sexuales muy explícitos entre hombres mayores con grandes penes y mujeres jóvenes en lo que se ha interpretado a menudo como escenas de un burdel. En el papiro hay nueve escenas de cópulas, tres a tergo. Los rasgos de hombres y sus desmesurados miembros y las posturas acrobáticas de las mujeres sugieren que estamos ante una pieza satírica, pero la verdad es que no se sabe el propósito del papiro, que es un ejemplar único. El papiro de Turín podría recoger el recuerdo de un personaje de sus vivencias en un lupanar, encargado por él para su solaz personal.
Aparte de la cópula a tergo, está acreditada en Egipto la posición del misionero, pero sólo se han encontardo un par de escenas. También existe alguna representación de lo que parece sexo en pie. En los textos asoman algo de fetichismo, algunas alusiones a pedofilia, chaperismo y zoofilia. Nada que se pueda comparar a la proliferación de escenas sexuales en Grecia o Roma (piénsese en Pompeya). La felación no está muy documentada -si exceptuamos el contexto sagrado y que algún dios incluso se la hacía a sí mismo-, mal que le pudiera pesar como decíamos al querido Terenci.
¿Eran un pueblo pacato los egipcios? Eran explícitos en textos sagrados pero no, en general, en los profanos. Si no existiera alguna especie de tabú, la cópula aparecería representada gráficamente de manera más abundante y oficial. Por ejemplo, en el contexto funerario. La fama de descocados de los egipcios les viene de las fuentes clásicas grecolatinas que imaginaron Oriente como lugar de lujo y lujuria. La propaganda romana contra Cleopatra, tachándola de libertina, también puso su grano de arena. Los egipcios iban poco vestidos por el calor y el desnudo es habitual en la representación de los trabajadores. Eso puede resultar erótico para nosotros pero seguramente no lo era para ellos. Sucede lo mismo con las transparencias de los vestidos. Quizá la marcada sexualización de las mujeres tenía algún significado relacionado con la fertilidad más que con el erotismo. Todo ello no quiere decir que para los egipcios el sexo tuviera connotaciones pecaminosas en el sentido judeocristiano. El acto sexual con penetración no presentaba, según explica Lynn Meskell en La vida privada en Egipto (2002) connotación ninguna, ni positiva ni negativa. Se lo denominaba simplemente nk.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Trágalo otra vez, Sam.


Este post es fruto de múltiples artículos sintetizados y resumidos, al menos abarca una docena de fuentes distintas, de las cientas que he consultado, para nada la de ningún patán que ha repetido unas líneas mil veces publicadas en otros sitios y encima llenas de faltas de ortografía.
VERDADERO
1. El semen te hace feliz. Esa es la conclusión de un estudio que compara a mujeres que practican sexo con condones con las que su pareja no lo usa.
El controvertido estudio muestra que las mujeres que fueron expuestas directamente al semen tuvieron menos depresiones. Los investigadores piensan que esto se debe a que las hormonas que lleva el semen son absorbidas por la vagina. Ellos dicen que han excluido otras explicaciones.
Pero Gordon Gallup, el psicólogo de la Universidad Pública de Nueva York que dirigió el equipo, para nada recomienda no usar codones, pues claramente evitar un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual hacen más que compensar algún efecto psicológico ventajoso del semen.
2. Las universidades Malayas de Kinushao y Melandoe, publicaron estudios en los que confirman las propiedades medicinales del semen, pues aseguran que la ingestión de la sustancia disminuye la reacción ante las bacterias causantes por la halitosis crónica., es decir, el mal aliento.
Por otro lado, investigadores del Instituto Max Planck, de Alemania, afirman que el semen contiene una sustancia que se cree que es un antibiótico tan poderoso como la penicilina. El investigador Karl Scheidt y su equipo están estudiando las cualidades de la plasmina seminal, una proteína que se encuentra en el semen, que destruye gérmenes tan poderosos como los estreptococos y muchas bacterias que amenazan aspectos diferentes de la salud humana. Experimentalmente, dicen los investigadores, la plasmina seminal parece destruir los gérmenes tan efectivamente como la penicilina, la estreptomicina y la tetraciclina
FALSO
1. Las mujeres que a menudo tragan el semen de sus parejas tienen un 40% menos de probabilidades de desarrollar un cáncer. Así lo afirman los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, (EE.UU), según informa la revista estadounidense Woman.
"Yo animo a todas las mujeres del mundo a que practiquen la felación y que ésta, se convierta en la rutina más importante de su vida diaria" afirma la doctora Helena Shifteer, directora del grupo de científicos que realizaron el estudio sobre los efectos del semen y dice también que ella siempre se traga el semen de su marido y, para que el método sea efectivo, debe practicarse al menos dos veces por semana.El sitio que publicó el articulo original tuvo mas de 667000 visitas en un solo día cuando se dio a conocer la historia, pero a la semana Brandon Williamson, el estudiante que escribió la historia, respondió a amenazas con denunciarle legalmente disculpándose por el informe FALSO a su universidad y a la CNN (la primera en publicar la noticia).
ALIMENTO
Son ciertas las muchas vitaminas, proteínas y aminoácidos que contiene el semen. Los espermatozoides flotan en una mezcla de fructosa, aminoácidos, calcio, sodio, potasio, ácido cítrico y fósforo, entre otras sustancias que componen el semen humano. Pero la cantidad de nutrientes que contiene el semen no son suficientes, ni de lejos, para alimentar a una persona, en cada eyaculación se expulsan entre 3 y 5 mililitros de media. Qué hacer entonces. Completarlo con otros alimentos. El esperma no sólo es nutritivo, sino que tiene una textura maravillosa y sorprendentes propiedades culinarias.
"Como el buen vino o los quesos, el sabor del esperma es complejo y dinámico. Es barato y fácil de producir y está disponible en muchos, si no la mayoría de hogares y restaurantes. A pesar de todas estas cualidades, el semen sigue teniendo un trato desfavorable como alimento. Este libro aspira a cambiar el concepto que se tiene del esperma. Una vez superada la fase inicial, te sorprenderás al saber cuan maravilloso es el semen en la cocina. Excitante ingrediente que puede dar un giro a cualquier plato. Si eres un apasionado cocinero y no tienes miedo de experimentar con nuevos ingredientes, éste es tu libro."
Ésta es la introducción del libro de Fotie Photenhauer, “Natural Harvest - colección de recetas basadas en semen’’. Vamos a adelantar dos de las recetas estrellas del recetario: el Strawberry Splashgarita y los cacahuetes caramelizados.
Strawberry Splashgarita :
Ingredientes:
1 plato de fresas cortadas en rodajas
1/2 taza de tequila
1/4 taza de un cava muy seco
1 cucharada de semen fresco
2 copas de hielo triturado
Combina todos los ingredientes excepto el semen en una licuadora y mezcla hasta que quede suave. Humedece los bordes de las copas con azúcar. por último añade el esperma sobre la bebida. El cocktail tendrá la textura perfecta a medida que se enfríe.
Cacahuetes caramelizados :
Perfecto para sorprender a tu abuela estas navidades.
Ingredientes:
1/2 taza de azúcar
200 gramos de cacahuetes pelados
3 cucharadas de mantequilla
1 ó 2 cucharadas de esperma fresco
Someter el almibar a 121º, momento en el cual incorporaremos los cacahuetes. Añadir el semen y remover constantemente hasta que los cacahuetes estén envueltos de una capa caramelizada (entre 5-8 minutos).
Por último, parece que solo es una leyenda fomentada por sus enemigos, que la reina Cleopatra ordeñase los penes de sus soldados para tragar su semen porque pensaba que conservaba así su juventud.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Apuntes sobre el placer

Algunas ideas extractadas del maestro Antonio Escohotado:
Los antiguos atenienses no parecían tener ningún complejo en practicar libremente el sexo. Los griegos no tenían ningún problema con el sexo, porque no fueron ascéticos, pero les aterrorizaba el alcohol. Los jóvenes tenían prohibido beber, lo mismo que las mujeres, salvo que fueran cortesanas. Platón afirma que los viejos deben hacer libaciones a Dioniso (entiéndase beber) cada vez más frecuentes, pues nada alivia en mayor medida las miserias de la senectud. Grecia fue un importante exportador de vino, y Dioniso (el Baco de los romanos) era un dios terrible, símbolo de lo irracional y salvaje. El mejor testimonio lo encontramos en Las Bacantes, la tragedia de Eurípides, donde Dioniso inspira canibalismo y parricidio.
En las bacanales se ingerían todo tipo de drogas. Eurípides cuenta que Ulises dio de beber a Polifemo un vino tan fuerte que debía ser aguado en cuatro quintas partes, so pena de enloquecer. Quizá los cargaron con extractos de belladona, beleño, hachís, opio, cáñamo e incluso hongos. Lo mismo ocurría en las celebraciones de la gran institución religiosa griega, los Misterios de Eleusis, que persistió hasta la caída del Imperio Romano. La inefable impresión que el ritual causaba en sus peregrinos sólo puede explicarse por magia o por química. Entre sus iniciados se encontraban Platón, Aristóteles, Cicerón, Adriano o Marco Aurelio, todos ellos prototipos de sobriedad intelectual. Fueron los obispos cristianos de Alarico quienes destruyeron el santuario eleusino.
En los Misterios de Eleusis según investigaciones de Albert Hofmann y otros. los iniciados pudieron consumir un brebaje preparado a partir del cornezuelo del centeno, que sigue creciendo allí en una variedad especialmente poco tóxica. Los sacerdotes eleusinos se llamaban hierofantes (“reveladores de lo sagrado”) y psicopompos (“los que ponen de manifiesto lo anímico”) e imponían a sus iniciados la llamada reserva mistérica. Todos juraban por su vida no revelar nada sobre el rito de iniciación. Pero no ya en Eleusis y en otros cultos mistéricos del Mediterráneo, sino en Asia, África y América es evidente que las comuniones religiosas previas al monoteísmo se hacían con sustancias psicoactivas.
Al respecto, Epicuro alertó contra quienes viven de vender la vida eterna, y asustan con infiernos. “Sólo cabe temer –dijo– el dolor que acompaña al acto de estar vivo”. Por lo demás, el placer epicúreo, la hedoné, tiene mucho de severidad y matemática; el camino de una vida sensata consiste en evitar que placeres menores nos desvíen de placeres mayores. Evitar los excesos, incluso los copulativos. Imagínese un profesional del porno, que tras horas de trabajo acaba sintiendo incomodidad en las zonas evocadoras del goce carnal.
Los primeros cristianos aborrecieron el pensamiento de Epicuro. ¿Qué hacer con alguien que tildaba de dementes y manipuladores a quienes metiesen miedo con el más allá? Durante el breve retorno al paganismo que representa Juliano el Apóstata sabemos por el propio Juliano que las obras de Epicuro ya eran difíciles de encontrar. Pero de los centenares de escritos de Demócrito, otro gran moralista ateo, tampoco ha quedado prácticamente nada. Gran parte de la memoria antigua desapareció con el incendio de Alejandría y de las demás bibliotecas públicas romanas.
Roma heredó como decimos una parte de esa actitud, pero matizada; mantuvo vigente una norma –si no recuerdo mal, la Lex Escantinia– que preveía enterrar vivo al invertido sexual. Sin embargo, en Vidas de los Doce Césares, Suetonio menciona a emperadores pederastas como Tiberio en su vejez, emperatrices disolutas y orgías como las organizadas por Calígula y Nerón. Historiadores posteriores cuentan otro tanto de Cómodo y alguno más. Por ejemplo, Adriano fue sin duda homosexual. Las clases privilegiadas se permitían ciertas veleidades prohibidas al resto. A pesar de las abundantes historias libertinas de conocidos personajes históricos, como Mesalina, los romanos fueron sinceramente autoritarios en estas cuestiones, y quizá el pueblo más puritano de la cuenca mediterránea.
La acusación de lujurioso –aplicada a césares, senadores, generales y aristócratas– aparece con alta frecuencia en los textos de los grandes cronistas romanos, como Livio, Salustio o Tácito. Lucrecia se suicida porque Tarquino la amenaza con decir que ha sido descubierta fornicando con un esclavo. Por lo demás, todos los ciudadanos que tenían esclavas de buen ver dormían con ellas cuando querían. El peligro de que sus esposas hiciesen lo mismo era que el pater familias cargase con bastardos. Nerón se hacía traer rodaballos del Atlántico, sirviéndose de un carísimo sistema de transporte que destripaba caballos durante el día y conservaba por las noches el pescado en hornos de cal rellenos de nieve. Pero el viaje duraba al menos una semana. Sin duda, Nerón digería un género que para nosotros sería infecto. En aquel tiempo, la plebe romana vivía de vales de economato, como ahora en Cuba, y esos dispendios resultaban tanto más odiosos para el moralizante historiador romano.
En conclusión, la ignorancia sigue ligando epicureísmo con orgías y ebriedad incontrolada, aunque sea una ética de sencillez casi puritana. Epicuro, pero es un moralista bastante más limitado que su maestro, Aristóteles. La matemática epicúrea del placer –en última instancia, no dejar que el corto plazo nos esconda el largo– es, por otra parte, un buen compañero para experimentar con toda suerte de cosas capaces de convertirse en dolores, como los afectos, las ideologías y las sustancias psicoactivas, donde ser incauto y tener baja la propia estima lo paga uno convirtiéndose en una piltrafa o un fanático. Siempre existe un justo término medio.
sábado, 22 de noviembre de 2008
La sexualidad de Grecia y Roma
Son muchas las historias mitológicas que giran en torno al amor entre hombres, muchas veces dioses o semidioses y jóvenes, que sirven de ejemplo del pensamiento heleno con respecto al amor homosexual masculino, el más perfecto y puro según su cultura.
En la realidad, fueron célebres las relaciones entre Alejandro Magno y Hefestión o entre Platón y varios de sus alumnos. Y ya en Roma, el amor entre el emperador Adriano y Antinoo, o el apodo de Julio César: Hombre de todas las mujeres y mujer de todos los hombres.
A cualquiera de ellos hubiese sido absurdo plantearles: ¿Homosexual o heterosexual? ¿Bisexual? Ninguno de ellos lo hubiese entendido porque se trata de conceptos modernos, nacidos a raíz de las sociedades industriales. En la Antigüedad, ni griegos ni romanos contaban con identidades sexuales definidas. Los primeros amaban la belleza, y los segundos, el placer, aunque tuviese que ser discreto. Además, ambas culturas fueron precedentes a la difusión del ideal moral judeocristiano de pecado, que criminalizó el erotismo en general y cualquier relación sexual sin la reproducción como fin.
Pero no nos engañemos, tanto la Grecia clásica como Roma están muy lejos de poder ser consideradas culturas libres, sexualmente hablando. Existían reglas tácitamente aceptadas que no estaba permitido transgredir. Esto podía conllevar ser criticado públicamente por comportamiento indigno, multas o ir a la cárcel. Una de las normas a respetar era la diferencia de edad.
Se permitía la unión entre un maduro ciudadano y un adolescente, pues mantener una relación duradera más allá de la edad adulta significaba el escarnio público. De hecho, en la Grecia de Pericles era una tradición imprescindible que los jóvenes futuros ciudadanos mantuviesen este tipo de relaciones como parte de su educación. El adolescente, tras el cortejo y el beneplácito de su familia, se convertía en el amado (eromenos) del adulto (erastes), quien adoptaba a partir de entonces el papel de maestro y protector.
La idea era que el erastes guiase al más joven y le mostrase a la vez, los placeres de la vida. Cuando el joven dejaba de ser imberbe, la relación debía terminar. Entonces, el incipiente ciudadano se casaba y pasados unos años se convertía a su vez en el erastes de otros jóvenes.
Estas relaciones eran complementarias al matrimonio o las visitas a los prostíbulos y eran consideradas puras y perfectas por los griegos ya que se basaban en la mutua admiración. El joven accedía a los secretos de la areté (perfección de la virtud intelectual). El adulto, por su parte, tenía la oportunidad de gozar del ideal sublime de belleza griega: el joven cuerpo masculino, plasmado en esculturas, pinturas y mosaicos. En la cama, los papeles también estaban repartidos. El erastes era el activo porque se le presuponía el vigor y virilidad de un atleta o soldado y el eromenos, el pasivo. La pasividad en las relaciones homosexuales fue criticada o censurada.
En Roma, heredera de los ideales clásicos, la familia se convirtió en el núcleo de la sociedad y el papel del maestro lo ocupó el padre, quedando fuera el componente sexual. Desaparecieron, al menos de forma pública, las relaciones entre adolescentes casi impúberes y patricios adultos. La homosexualidad se practicaba, pero de forma discreta. Se toleraba mientras no pusiese en peligro a la familia, la gran institución romana. Como ejemplo, la infidelidad con otra mujer se consideraba mucho más grave que con un hombre. En esta tolerancia subyacía que el matrimonio debía ser protegido porque era el instrumento para perpetuar el imperio, pero las relaciones homosexuales eran sólo por placer. La prostitución masculina se generalizó. Era natural que un patricio acudiese a gozar tanto con jovencitas como con efebos. Era una forma más de obtener placer, sin ninguna carga moral. Tanto es así que los padres de la élite romana solían comprar un esclavo a sus hijos para que pudiese volcar en él los ardores adolescentes.
Pero cuando el cristianismo se asentó (siglo IV-V), todo cambió. Fundamentalmente en un aspecto: la tolerancia.
En primer lugar la historia de Roma tiene 1200 años, hubo hombres como Catón el viejo que representaban lo más romano entre lo romano y que renegaba de estas influencias griegas. El amor efebo tuvo fuerza en la grecia arcaica, clásica, y helenística, pero a medida que avanza el imperio se va apagando, y ya no digamos a partir de Constantino. Pero de todas formas en el siglo II d.c. esas costumbres griegas, y esas infidelidades tan comunes en el siglo I a.c. y I d.c. ya no serán tan acusadas, y comienza a proliferar la literatura sobre las parejas heterosexuales.