viernes, 14 de noviembre de 2008

Mestizaje

Siracusa, Duomo

Hace perder la absurda identidad y evita el enfrentamiento.

Octavio Paz, al que le preguntaron sobre los recelos entre las razas cuando llegan los conquistadores a América Latina, respondió que “el problema se resolvía follando”. Así resuelve el mortal el problema de la pureza de la raza.

La historia del mundo es la historia de los mestizajes. A Le Pen, en Francia, que se escandalizaba por los muchos negros de la selección de fútbol, habría que recordarle que las emigraciones que hubo de Bélgica a Francia fueron enormes.

Como símbolo de ese mestizaje está la catedral de Siracusa (ciudad de Italia, situada en la costa de la isla de Sicilia) , que es un antiguo templo griego con los intercolumnios y las paredes hechos por los romanos, la decoración árabe y la fachada del barroco español.

La profusión del mestizaje entre blancos y negros, característica de la América hispana desde un comienzo, es a un tiempo efecto de la ausencia de prejuicios raciales y sociales, y causa de que éstos no se produzcan o se den con más suavidad. Esta mezcla ha traído como consecuencia la ventaja de la falta de prejuicios raciales en los países hispanoamericanos, lo cual bien podría calificarse de herencia cultural de los primeros españoles conquistadores.