miércoles, 26 de noviembre de 2008

LOS SOUVENIRS


Parece que en la época de Tiberio y de Vespasiano, a principios de la era cristiana, se popularizaron unos vasos de cerámica, que eran vasos pornográficos y tenían la doble función de servir para beber y también cumplían perfectamente la función de guardar como recuerdo, pues llevaban una leyenda que aludía a lo representado en el vaso.

De estos vasos se conservan ejemplares.

También en "La Odisea", Homero cuenta cómo Ulises iba recopilando regalos allá por donde pasaba.

O el concepto religioso que, desde la más remota antigüedad, llevaba a los peregrinos griegos y romanos a coleccionar pequeñas imágenes de dioses y diosas.

Más tarde, los cristianos siguieron el empeño en la Edad Media con las conchas del Camino de Santiago, decorando los sombreros, los hábitos y las capas. Geoffrey Chaucer lo contó en sus Cuentos de Canterbury.

El gran boom lo experimentaron a raíz de las exposiciones universales de Filadelfia, y Chicago, en el Siglo XIX.