jueves, 30 de octubre de 2008

No me conquistéis América, preferimos matarnos entre nosotros


Igual que Roma cometió desmanes - no hay más que ver los tebeos de Asterix - también impulsó innumerables avances de ingeniería civil, derecho, la base de nuestra lengua. Tan ridículo sería hacer desfiles ahora en honor de Julio César como dinamitar el Acueducto de Segovia.

Quienes deploran los desmanes de los conquistadores de América, lo hacen en nombre de principios jurídicos políticos y morales modernos, acuñados en el Renacimiento europeo, una de cuyas empresas más destacadas fue la conquista de América.

Entonces no había ONU y las guerras de expolio y conquista eran la práctica común y desde luego y muy por encima, entre los pueblos precolombinos, que se encontraban a un nivel 3000 años atrás de Europa.

Sólo en Europa empezaba a cuestionarse la licitud de esas agresiones y se alzaban voces para institucionalizar el respeto al territorio y riqueza del otro.

Si hubieran tenido en cuenta el baremo de los aztecas o incas, nada malo en masacrar el territorio enemigo, es más luego a mayores se los comían, con lo que se aprovechaban hasta de sus proteínas.

Muchos súbditos de Moztezuma, a pesar del rigor en el trato de los europeos - igual que el que aplicaban en su tierra - preferían el trato de Hernán Cortés al de su propio rey y ello explica en parte el éxito del extremeño.