jueves, 30 de abril de 2009

Para salir del foso

La base de la crisis económica se debe al comportamiento de carácter especulativo del capital financiero (la banca y las cajas) y cuyo síntoma visible es la falta de crédito, sin el cual la economía no funciona. Y esta falta de crédito se debe a la escasez de dinero. Paradójicamente, los bancos y las cajas no tienen dinero. Resulta que en la época expansiva (y especulativa) de la economía dieron prestado tanto dinero que ahora tienen dificultades en recuperarlo. También tienen problemas en conseguirlo de otros bancos. De ahí que estén ahora pidiendo dinero del estado para que puedan prestarlo. Es lo que llaman “problemas de liquidez”, es decir, que necesitan más dinero para que puedan entonces prestarlo y así abrir el grifo del crédito. Y están recibiendo millones y millones de euros y de dólares.

En un programa radiofónico reciente en EE.UU. hubo el siguiente intercambio de opiniones. En la misma linea escuché a Pablo Motos en El hormiguero. Únicamente los niños y los humoristas se coscan de algo. Veamos: Un chico de 14 años le hizo la siguiente pregunta al asesor económico de la oficina del Presidente de EE.UU., el Sr. Lawrence Summers, “¿por qué el Estado no le presta dinero directamente a la gente y a las empresas en lugar de hacerlo a través de los bancos?”. El Sr. Summers le respondió que el sector privado es más eficiente que el publico, a lo cual el chico, muy avispado él, le preguntó de nuevo “Pero si son tan eficientes, ¿por qué han creado el problema que han creado, y por qué el estado ahora tiene que salvarlos?”. El Sr. Summers, no pudo contestarle.

La escasez de crédito provoca un descenso de la actividad económica, Pero esta ralentización económica en realidad es anterior a la crisis financiera. La mayoría de personas consiguen el dinero para poder comprar lo que necesitan a través del salario. En los últimos treinta años el salario hora de los trabajadores ha ido descendiendo en la mayoría de los países ricos. No se ha notado en principio en las familias porque el número de miembros que trabaja en las familias ha aumentado (la entrada masiva de la mujer en el mercado de trabajo es el fenómeno social más importante de este periodo). Así y todo llegó un momento que ni con esas podían las familias mantener su calidad de vida. Para mantenerlo, debieron endeudarse.

Y los que se beneficiaron de este endeudamiento eran principalmente los bancos y las cajas. Ahora bien, incluso así, llegó un momento en que ya no pudieron endeudarse más, en parte porque la oferta de crédito disminuyó (por las causas citadas anteriormente) y, más importante, porque no podían pagar las deudas. La mayoría tenía dificultades para llegar a fin de mes. Esta es la causa del problema que se llama falta de demanda. La gente no compra porque no tiene dinero. Y la economía se para.

Las posibles soluciones

Las soluciones son varias y se repiten cada vez que la economía entra en recesión. En EE.UU., el primero en desarrollar medidas de estímulo de la economía fue el Presidente Roosevelt. El Estado es el primer responsable de estimular la economía para que ésta crezca y cree empleo. Ahora bien, esto puede hacerse de dos maneras. Una, preferida por economistas conservadores y liberales, es bajando los impuestos y dando dinero directamente a la gente. (Los 400 dólares y euros que Bush y Zapatero dieron a la ciudadanía). Ahora bien, tales medidas de estímulo tienen un impacto estimulante muy reducido, pues la mayoría de la población, que está enormemente endeudada, suele utilizar este dinero más para pagar sus deudas que para consumir e incrementar la demanda. Dos terceras partes de la población estadounidense utilizó el dinero obtenido en las transferencias de 400 dólares del gobierno Bush para pagar sus deudas.

El otro problema de estas transferencias es que el incremento de la demanda puede estimular la economía del país productor de productos consumidos que puede no ser el que recibe las transferencias. Durante la Gran Depresión, el 92% del consumo estimulado por las transferencias públicas al ciudadano estadounidense se hizo en productos fabricados en EE.UU. Hoy tal porcentaje es sólo del 52%.

La otra medida para estimular la economía a fin de que se cree empleo es que el Estado desarrolle políticas públicas para crear empleo directamente, a través del desarrollo de obras públicas o expansión de los servicios públicos. El Presidente Roosevelt expandió enormemente el gasto público y gran parte de esta expansión fue para desarrollar la infraestructura física, humana y social del país que todavía existe en EE.UU. y que se conoce como el New Deal.

¿Qué quiere decir estimular la economía?La Organización Internacional del Trabajo acaba de publicar un informe que como siempre ha pasado desapercibido en la mayoría de medios, que estudia los distintos elementos del gasto público destinado por los gobiernos a estimular la economía, analizando su impacto . China es el país que está invirtiendo más en estimular su economía (13,5% del PIB); en EE.UU. es un 5,5% y en España un 0,8% del PIB, uno de los más bajos de la UE (¡y la derecha lo quiere bajar todavía más!), e Italia es incluso más bajo (0,3%). Este tipo de gasto (que el informe define como estímulo fiscal) es distinto al gasto que los gobiernos hacen en ayuda a la banca. Y aquí vemos que España, que es uno de los países que gasta menos en estímulo fiscal es de los que se gasta más en ayuda a la banca y cajas (14% del PIB). En realidad, España se gasta en términos porcentuales en ayuda a la banca más que EE.UU. (5,1% del PIB). Alemania, Francia y Gran Bretaña se gastan más que España: el 19,8%, 19% y 28,6% respectivamente. Ello corresponde al enorme poder que el capital financiero tiene en estos países. La Administración Obama se gasta más en estímulo fiscal (5,8% del PIB) que en ayuda a los bancos (5,1%).

Igualmente interesante es ver como los países se gastan su estímulo fiscal. Las cuatro categorías mayores son en 1.infraestructuras físicas o sociales. China, EE.UU., Japón y Portugal son los países que han incrementado más el gasto en tales infraestructuras. No así en España, que ha dedicado más a la categoría de 2.Transferencias a los consumidores a través de la reducción de impuestos y transferencias a grupos vulnerables. La otra categoría es 3.ayudas fiscales a las empresas como por ejemplo ayudas a la industria. Una última categoría es 4.ayuda a los municipios con el objetivo explícito de crear empleo. Aquí España, junto con EE.UU. y Francia, aparecen a la cabeza de la lista aún cuando las cantidades en España son menores. Sería de desear que España invirtiera mucho más de lo que hace en estas y otras estructuras, incluyendo en las áreas sociales que son en España muy deficitarias. España continúa hoy siendo el país con un gasto público social por habitante más bajo de la UE-15. No ha habido conciencia en el equipo económico del gobierno socialista de que el estado del bienestar es una inversión de gran rentabilidad y estímulo económico.

La economía es un arte


sábado, 25 de abril de 2009

Despenalizar la producción, el tráfico de drogas y su consumo

Ángeles Santos Torroella. Un mundo.

Siempre se han consumido drogas y siempre seguirán consumiéndose e inventándose o reinventándose. Está también eso en la naturaleza humana. En Amsterdam tras varias décadas de antiprohibicionismo, han caído en picado el consumo de drogas duras y blandas, la incidencia de las enfermedades —sida, hepatitis, sobredosis, adulteración y demás— con ellas relacionadas y, por supuesto, los índices de criminalidad.

Decía Mark Twain que el error de Dios fue el de prohibir a Eva la manzana; si le hubiera prohibido la serpiente, se habría comido ésta. Así es la naturaleza humana.

Comprar drogas es hoy tan sencillo, en cualquier país del mundo, como comprar la prensa en el quiosco de la esquina. Normalicen los políticos en sus políticas lo que es normal en la calle. ¡Pésima ley, decía el emperador Adriano, la que muchos, a menudo, infringen!.

Se objeta que la legalización causaría muchas víctimas. Pero es una idea que proviene de ver la droga con la imagen de hoy: es decir, una droga contaminada, y siniestra. Quien hoy se inyecta heroína se está inyectando realmente como mucho un 10% de heroína; el resto es a saber qué. Durante la ley seca en Estados Unidos, hubo unos 50.000 casos de ceguera y parálisis causados porque al presunto alcohol clandestino se le mezclaban otros productos nocivos; todos sabemos, en cambio, que un rioja no mata. Ni Freud ni William Borroughs se han destruido con la droga, porque han cuidado de que fuese droga pura.

Y es una manera de salir de la crisis. No es broma. 750.000 millones de euros es la cantidad que el erario del planeta recaudaría si sus responsables legalizaran las drogas y se reservaran durante un lustro el monopolio de las mismas.

El narcotráfico es la séptima potencia económica del mundo. Dispone de ejércitos propios, su sistema de distribución y venta es tan eficaz como el de la cocacola y trae en jaque a países como México, Colombia y los Estados Unidos. Los taliban viven del opio y sus derivados. Obama se dispone a enviar tropas a la frontera mejicana para poner coto a la ley de la jungla impuesta allí, a tiro sucio, por los señores de la droga. La guerra contra ese gobierno en la sombra ha generado millones de muertes. La Comisión Europea publicó hace unas semanas su informe oficial sobre la evolución del mercado de los estupefacientes en los últimos diez años. Las cifras que manejo proceden de ese informe, pero parece que se quedan cortas. Hay quien eleva su facturación a 700.000 millones de dólares al año. Multiplicando esa cantidad por cinco ysumando el coste de la guerra contra el narcotráfico y de las medidas sanitarias (sida, adulteraciones, sobredosis) y policiales generadas por la prohibición se ve el coste actual. El 75% de los delitos que actualmente se cometen en España guarda relación directa o indirecta con el mercado de la droga. Casi la mitad de las personas nacidas en los países ricos -no digamos en los otros- ha probado el cannabis por lo menos una vez en la vida. Sobrarían montañas de dinero para atender a otros problemas y, de paso, respetaríamos el libre albedrío.

Parece un auténtico sin sentido que mientras que la droga que crea más adicción (La Nicotina) es una droga legal, otras puedan ser ilegales con los costes económicos y sociales que comporta la lucha contra su tráfico.

A día de hoy lo que tenemos claro es que la guerra a las drogas ha tenido poco éxito reduciendo la oferta y el precio de las drogas - en Europa ha aumentado el consumo de coca mientras se ha reducido el precio - y encima tiene importante costes directos (recursos destinados a la persecución) y sociales (marginalidad, drogas adulteradas y un largo etc..) y no aporta ningún recurso económico a los Estados.

Gary S. Becker, profesor de la Universidad de Chicago, con otros colaboradores ha publicado un estudio sobre la teoría económica de la ilegalización de las drogas, allí estudia si desde una perspectiva económica conviene mantener las drogas ilegales o por el contrario seria conveniente legalizarlas.

Becker señala que los gobiernos pueden imponer dos tipos de “tasas o impuestos” sobre las mercancías en general. La primera, y la clásica es imponer una tasa que incremente “artificialmente el precio de un bien”, esto sucede por ejemplo desde la gasolina, hasta con el tabaco. El segundo tipo de tasa, cuyas implicaciones están mucho menos estudiadas, es simplemente prohibir el bien y perseguir a las personas que producen, venden y compran este bien.

El efecto que tienen estos dos tipos de tasas al final es el mismo, el de incrementar artificialmente el precio del producto, en este caso las drogas. En el primer caso de forma directa y limpia vía un impuesto y el segundo indirectamente, reduciendo la oferta al disminuir la disponibilidad de drogas para los clientes y recortar la producción (interceptar cargamentos, fumigar cultivos).

Escoger una o otra vía tiene costes claros. Mientras que legalizar una droga e imponer una tasa elevada, supondría simplemente una fuente de ingresos para el Estado, la lucha contra el tráfico de drogas genera unos enormes costes materiales, a parte de que cómo todos sabemos comporta altos grados de violencia y delincuencia y economía sumergida.

El autor, sin preocuparse del libre albedrío y otras consideraciones, simplemente estudia con qué política se reduciría el consumo.

¿Despenalizar las drogas con una tasa a precio elevado reduciría o aumentaría aún más el consumo de drogas que la actual política de lucha contra el narcotráfico? Para ello se debe estudiar si la demanda de drogas es una demanda elástica al precio o es totalmente inelástica

Si la demanda de drogas es elástica, la gente consumiría más a medida que sean más baratas, y entonces la opción de imponer una tasa impositiva y legalizarlas sería la adecuada. Si en cambio la demanda es totalmente inelástica, (da igual cual sea el precio de la droga que la gente consumirá la misma cantidad) queda claro que la única vía válida para evitar el consumo es reducir la producción y aplicar políticas de lucha contra el tráfico de drogas, sin embargo en este escenario, cada vez que se endurezca más la persecución legal, los narcos obtendrán mayores beneficios, ya que si la demanda es inelástica tiene la capacidad de aumentar el precio de las drogas al nivel que quieran, pudiendo repercutir al consumidor el incremento de costes unitario que supone una mayor presión policial.

Obivamente, si la demanda es elástica también se puede indicar que en el caso de legalizar las drogas y poner una alta tasa impositiva, hará que aparezcan contrabandistas que ofrezcan el producto en el mercado negro a un menor precio. En este escenario la clave estaría en encontrar un punto de equilibrio entre la tasa impositiva impuesta y la persecución legal de los contrabandistas para incrementar así los costes de producción y distribución de estos últimos haciendo que esta actividad no fuese atractiva.

Igualmente el estudio tiene otro aspecto interesante, llega a la conclusión que la lucha contra las drogas encarece más el coste de estas para las rentas altas (coste de acceso a las drogas, coste de oportunidad en caso de ser castigados) que para las rentas pobres y por lo tanto está táctica iría dirigida a proteger del consumo de drogas más a las rentas altas que a las rentas pobres. Es decir no sería una política precisamente equitativa o social.

Según la revista “In Health”, preguntaron a expertos para realizar un ranking de drogas en función de su capacidad de adicción. Se utilizaron dos factores para medir esto:

-Lo fácil que uno se vuelve adicto.
-Lo difícil que es dejarla.

Un marcador de 100 representa un gran potencial de adicción, 1 poco potencial. Como cada individuo reacciona de diferente forma según su psicología, fisiología y presiones sociales, este ranking solo muestra el potencial de adicción

  1. Nicotina (tabaco)
  2. Cristal de meta-anfetamina (fumado)
  3. Crack
  4. Cristal de meta-anfetamina (inyectado)
  5. Valium (Diazepam)
  6. Quaalude (Methaqualone)
  7. Seconal (Secrobarbital)
  8. Alcohol
  9. Heroina
  10. Crank (Anfetamina horal)
  11. Cocaína
  12. Cafeína
  13. PCP (Phencyclidine)
  14. Marihuana
  15. Extasis
  16. Ongos mágicos (Psilocybine)
  17. LSD
  18. Mescalina

Muy arriba en esta lista, las drogas más comunes y legalizadas: tabaco, alcohol y cafeína.


miércoles, 22 de abril de 2009

Somos tan leves

Kundera -aunque recuerda que Parménides se pronunció porque la levedad es positiva frente al peso, que es negativo- no dudó en titular su obra más conocida La insoportable levedad del ser. Según Kundera, "el ser" está lleno de una "insoportable levedad" porque cada uno de nosotros tiene sólo una vida por vivir: "Einmal ist Keinmal" ("una vez es nunca", esto es, "lo que sucedió una vez pudo no haber sucedido nunca"). Por lo tanto, cada vida es esencialmente insignificante, cada decisión esencialmente irrelevante. Luego, ya que las decisiones no importan, ellas son leves (ligeras, livianas): no nos atan. Pero al mismo tiempo, la insignificancia de nuestras decisiones (nuestras vidas o nuestro ser) es insoportable. De ahí la insoportable levedad del ser.

La película, con Daniel Day-Lewis

El origen es un debate casi presocrático. Es el debate de dos contrarios: por un lado, la búsqueda de una libertad individual sin sujeción a compromiso de ningún tipo, alejada de toda situación de riesgo, es decir una libertad sin cargas y sin la amenaza del dolor; por el otro lado, el vivir con el peso del compromiso y más concretamente la responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos que, a veces, son premeditados y otras son producto de la obligación o la presión del tiempo. El temor de la búsqueda de la libertad personal está en encontrar al final que esa búsqueda no es sinónimo de la felicidad sobre todo cuando uno descubre lo poco consistente que hay en nuestras vidas. Lo dice un verso del poeta José Hierro (“todo lo di por esta nada que era todo”).

sábado, 18 de abril de 2009

Monógamos o polígamos

El zoólogo y psicólogo evolucionista de la Universidad de Washington David O. Barash y la psiquiatra de la Swedish Medical Center en Washington, Judith Eve Lipton desmitifican la monogamia como comportamiento natural en la naturaleza. Incluso los pájaros utilizados como ejemplo de fidelidad, escapan a este comportamiento y buscan nuevas parejas.

Aparte de los pájaros el de Playboy tampoco es monógamo

Las últimas investigaciones de los dos científicos norteamericanos revelan que entre los mamíferos y, particularmente, entre los primates no es fácil constatar la monogamia como práctica habitual. Los pájaros, en cambio, son monógamos. Y los pájaros como los humanos practican la monogamia social, pero ambos no son monógamos desde la óptica puramente sexual.

Es un mito pensar que tener una sola pareja será fácil, porque ni siquiera los animales lo cumplen, sostiene David Barash. El sueño de todo hombre es que su pareja le sea eternamente fiel. Cuando el asunto sale en los medios de comunicación, debido a la infidelidad de famosos, vuelve la polémica pública: ¿es posible lograrlo? "El mito de la monogamia es creer que ese sistema forma parte de la naturaleza humana, y que resulta fácil una vez que se ha encontrado la pareja perfecta", puntualiza Barash. La realidad "es que la monogamia no es natural y, por lo tanto, resulta difícil de cumplir. Esto no quiere decir que sea imposible o algo no deseado; simplemente, requiere un gran esfuerzo".

¿Qué significa que la monogamia precisa un gran esfuerzo? "La conciencia de nuestra propia vulnerabilidad, al igual que de la vulnerabilidad de la pareja"." Si alguien opta por una sola pareja, por la razón que sea, le pido que entienda su biología y que reconozca que ser monógamo no es fácil porque no es natural. Ahora bien, muchas cosas no son naturales, como tocar el violín o aprender un nuevo idioma".

Las investigaciones en animales muestran que, aun cuando el adulterio es habitual, ninguna especie lo acepta; por el contrario, cualquier individuo reacciona violentamente al ser traicionado.

La conducta que podemos llamar de variedad sexual está condicionada no tanto por la búsqueda de la diversidad como por la de la calidad. En otras palabras, se otorga inconsciente o conscientemente una gran importancia a la salud y la belleza y, por lo tanto, a los genes. Ahora bien, ¿cómo se sabe dónde están los buenos genes? ¿Cómo puede saber un miembro de la pareja, que no cuenta con un microscopio ni con el equipamiento necesario, que los genes del otro son buenos?

Una especie de ranas –concretamente el macho de las ranas de árbol grises– nos da una pista. El macho que goza de mejor salud, y por consiguiente de mejores genes, tiene un canto inconfundiblemente más prolongado. Otras veces las señales no tienen que ver con el sonido, sino con los colores; sobre todo, en el mundo de los peces y los pájaros. En el caso de los humanos y de gran parte de insectos y mamíferos, la señal determinante es el nivel de fluctuaciones asimétricas; si este nivel es inferior al promedio, el organismo en cuestión está exteriorizando que su metabolismo funciona perfectamente y que, por lo tanto, sus genes son envidiables.

En caso contrario –no hay simetría en las facciones– se está anticipando que las huellas del dolor y de las enfermedades han distorsionado el perfil hasta el punto de que su nivel de fluctuaciones asimétricas es superior al promedio; estamos contemplando el subproducto de genes defectuosos.

A los que les cueste admitir el papel determinante de la simetría como detector de la ausencia de enfermedades, y consecuentemente de la belleza buscada, que recuerden que la mayoría de las decisiones que tomamos forma parte de los mecanismos del inconsciente. Son centenares de miles de años de experiencia que expresan, por la vía del inconsciente, una preferencia por la salud y la ausencia de dolor que escenifican una cara y un cuerpo simétricos. Claro habrá a quienes les cueste más aún admitir que la mayoría de sus decisiones no son conscientes. Pero ese es otro asunto a refutar en otro post.


lunes, 13 de abril de 2009

El cerebro en reposo


En 1953, un médico llamado Louis Sokoloff tumbó a un universitario de 20 años en una camilla y le puso electrodos en el cuero cabelludo. Durante 60 minutos el voluntario estuvo allí resolviendo problemas aritméticos mientras Sokoloff monitorizaba sus ondas cerebrales y comprobaba los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en sangre. El investigador de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia intentaba averiguar cuánta energía consume el cerebro durante un pensamiento intenso.

Esperaba que el cerebro de su voluntario engullese más oxígeno mientras resolvía problemas, pero lo que vio le sorprendió: no consumía más que cuando descansaba con los ojos cerrados. Para la gente, el cerebro es como un ordenador que permanece en espera hasta que se lo requiere para llevar a cabo una tarea.

El experimento de Sokoloff aportó la primera ojeada a una verdad diferente: que el cerebro disfruta de una vida privada muy rica. Este órgano, que tiene el 2% de nuestra masa corporal, pero que devora el 20% de las calorías que ingerimos, despilfarra mucha de esa energía haciendo nada de nada.

¿En qué consume el 20 por ciento de la energía total disponible este órgano misterioso que sólo representa el dos por ciento del peso promedio de una persona?

Desde luego no en darnos una visión perfecta del mundo exterior. No nos la da y con razón. Recibe señales distorsionadas del sistema visual, auditivo, olfativo, táctil y gustativo, con las que reconstruye a su manera el mundo de afuera. El neurólogo Marcus Raichle y su equipo han descubierto que menos del diez por ciento de todas las sinapsis, es decir, los mensajes entre neuronas, acarrea información sobre el mundo exterior. ¿A qué dedica entonces su vida el cerebro?

En términos evolutivos se ha pasado de una situación en la que unas mandíbulas, unos brazos y unos caparazones portentosos se apoyaban en un cerebro diminuto a una fase como la actual en la que un cuerpo diminuto, incluido el estómago y los sistemas defensivos, no sólo se apoya en un cerebro sobredimensionado, sino que se deja dirigir por él.

Hay un enorme cantidad de actividad en el cerebro en reposo que no hemos tenido en cuenta durante mucho tiempo”, dice Marcus Raichle, el neurocientífico de la Universidad de Washington en Saint Louis.

¿A qué se dedica entonces el cerebro desocupado? El trabajo de Raichle ha llevado a descubrir un sistema principal dentro del cerebro, un órgano dentro de un órgano, escondido durante décadas delante de nuestros ojos. Algunos lo llaman la dinamo neural de la fantasía. Otros le asignan un papel más misterioso: seleccionar los recuerdos y entretejerlos para formar una narración personal. Haga lo que haga, se pone en marcha en cuanto el cerebro no está ocupado en otras cosas.

Es algo muy importante”, dice Giulio Tononi, neurocientífico de la Universidad de Wisconsin-Madison.No es muy frecuente que se identifique un nuevo sistema funcional en el cerebro. Es como encontrar un nuevo continente.” No fue hasta la década de 1980 que los investigadores empezaron a percibir que el cerebro podría estar llevando a cabo tareas importantes mientras se ponía en punto muerto.

Durante esos días, una nueva técnica de escáner del cerebro, llamada PET, era el último grito. Inyectando glucosa radiactiva y midiendo dónde se acumulaba, los investigadores podían atisbar los trabajos internos de la mente. Usándolo, Raichle se dio cuenta de que pasaba algo extraño: algunas zonas parecían iluminarse durante el descanso, pero se apagaban en cuanto la persona empezaba a hacer un ejercicio.

La mayoría de la gente descartaba estas rarezas tachándolas de ruido al azar. Pero en 2001, Raichle y Shulman publicaron un reportaje en el que sugerían que se habían topado con un “modo por omisión” desconocido, una especie de juego del solitario interno que el cerebro enciende cuando no está ocupado, y que aparta a un lado cuando se lo llama para hacer algo diferente.

Esta actividad cerebral se daba en un cúmulo de regiones que se distribuían a lo largo de la línea media del cerebro. Lo que no sabían antes es que parlotea­ban sin parar unas con otras cuando la persona no estaba ocupada, pero se callaban en cuanto una tarea que requería atención se presentaba. Las mediciones de actividad metabólica mostraban que algunas partes de esta red devoraban un 30% más de calorías que cualquier otra área del cerebro.

Todo esto sugiere una y otra vez la pregunta: ¿A qué se dedica el cerebro cuando no hacemos nada? Para Randy Buckner, la evidencia dibuja un cuadro de un sistema cerebral implicado es los actos quintaesenciales de la fantasía: macerar las experiencias pasadas y especular sobre el futuro. “Somos muy buenos a la hora de imaginar posibles mundos; podría ser esta red cerebral la que nos ayuda a hacerlo”, dice Buckner.

Fantasear podría parecer un lujo mental, pero su propósito es absolutamente serio: Buckner y su colega de Harvard Daniel Gilbert ven esta actividad como la herramienta definitiva para incorporar lecciones aprendidas en el pasado a nuestros planes de futuro. Tan importante es este ejercicio, según parece, que el cerebro se pone a hacerlo en cuanto puede, y solo lo interrumpe cuando tiene que desviar su limitado aporte de sangre, oxígeno y glucosa a una tarea más urgente.

De acuerdo con Raichle, "el 60-80% de la energía se dedica a mantener la conexión entre neuronas. El resto, entre un 0,5% y un 1%, se dedica a responder a las demandas del medio exterior".

Para explicar este balance energético, el autor señala la creación de rutas neuronales como el principal sumidero de energía. El cerebro recibe de forma constante señales del exterior que procesa y, poco a poco, va forjando redes neuronales. Es un proceso largo y se forman muchas rutas diferentes simultáneamente.

Además, el cerebro es como una especie de bola de cristal, es decir, genera predicciones sobre el futuro utilizando información que ha recogido a lo largo del tiempo con experiencias. Utiliza la información extraída de vivencias para anticiparse y prepararse para lo que pueda ocurrir en el futuro más inmediato. "Desde hace tiempo se cree que la habilidad de reflejar acontecimientos presentes en otros pasados o contemplar el futuro ha facilitado el desarrollo de los atributos exclusivos humanos, como la imaginación y la creatividad", afirma.

El cerebro utilizaría su energía en barajar los elementos constitutivos de la memoria y así predecir lo que va a ocurrir en el futuro. El cerebro serviría, sobre todo, para alertar e imaginar lo que se nos viene encima. Ahora bien, volvemos a movernos en aguas extremadamente movedizas. Uno de los consensos mantenidos hasta ahora por la comunidad científica ha sido que somos muy malos predictores del futuro. Grandes especialistas como Nassim Taleb, autor del best-seller El cisne negro –los cisnes suelen ser blancos–, han demostrado lo mediocres que somos cuando se trata de imaginar lo que va a ocurrir mañana. La prueba más innegable es la actual crisis económica mundial.

Pero estos investigadores están empezando a sospechar que la red por defecto hace mucho más que fantasear. Raichle publicó el año pasado que las ondas de la red durante el descanso continuaban produciéndose en monos profundamente anestesiados, como si estuvieran despiertos. Más recientemente, Greicius publicó un fenómeno similar es humanos sedados, y otros investigadores han hallado que esta se activa y sincroniza durante las primeras etapas del sueño. Esto fastidiaba la asunción de que la red estaba dedicada a la fantasía.

Dado que la red por defecto está activa en los primeros estadios del sueño, es tentador enlazarla con el sueño propiamente dicho, pero Raichle sospecha que su actividad nocturna tiene otro propósito: clasificar y preservar los recuerdos. Cada día nos empapamos de una montaña de recuerdos a corto plazo, pero solo merece la pena añadir unos pocos a la narrativa personal que rige nuestras vidas.

Ahora, Raichle cree que la red por defecto está implicada en el almacenamiento selectivo y en poner al día los recuerdos basándose en su importancia desde una perspectiva personal, sean estos buenos, amenazadores, emocionalmente dolorosos, etcétera. Para evitar una acumulación de recuerdos pendientes de almacenar, la red reemprende sus tareas siempre que puede. Para apoyar esta idea, Raichle señala que la red charla constantemente con el hipocampo. También devora enormes cantidades de glucosa, desproporcionadas con la cantidad de oxígeno que usa.

Raichle cree que, más que quemar esta glucosa extra para obtener energía, la utiliza como materia prima para formar los aminoácidos y neurotransmisores que necesita para construir y mantener las sinapsis, la materia propia de la memoria. “Es a esas conexiones a las que va la mayor parte del coste de funcionamiento del cerebro”, explica Raichle.

Todo esto se ha hecho esperar desde la sorprendente observación de Sokoloff hace 56 años. Observar el cerebro en reposo, está revelando ahora su rico mundo interno.


jueves, 9 de abril de 2009

Eichmann y la maldad de los burócratas

,En 1961 Hannah Arendt asistió al proceso contra Adolf Eichmann en Jerusalén. Era reportera de la revista The New Yorker. En su libro subtitulado Un informe sobre la banalidaddel mal, postulaba que por la no posesión de un motivo para el mal este es banalizado. Zygmunt Bauman en Modernidad y Holocausto expone su tesis complementaria según la cual el Holocausto no fue un fenómeno ocasional de una barbarie precivilizada, la expresión de una brutalidad salvaje contra lo humano, sino una consecuencia lógica (y añade que era del todo evitable) de la civilización moderna y su “creencia en la ingeniería social a gran escala”.

Adolf Eichmann era un alto oficial de las SS responsable del asesinato de millones de judíos durante la II Guerra Mundial. Eichmann se unió a la policía secreta nazi (Gestapo) en 1934 y cuando los alemanes anexionaron Austria en 1938, se le encargó el cometido de deportar a los judíos de ese país de acuerdo con la política antisemita nazi. Durante la II Guerra Mundial estaba encargado de ‘la solución final del problema judío’, en el curso de la cual los judíos de toda Europa ocupada por Alemania fueron enviados a campos de concentración para su total exterminio. Después de la guerra, Eichmann escapó ayudado por la organización ODESSA, pero en 1960 agentes israelíes le localizaron en Argentina, le secuestraron y le llevaron a Israel. Enjuiciado en Jerusalén y acusado de crímenes contra la humanidad, fue ahorcado dos años después.




La filósofa alemana afirmó que cuanto más se escuchaba a Eichmann, más evidente resultaba que su incapacidad para hablar iba estrechamente unida a su incapacidad para pensar. Fundamentalmente, para pensar desde el punto de vista de otra persona.

Que inclusive no era posible establecer comunicación alguna con él, no porque mintiera, sino porque estaba rodeado por la más segura de las protecciones contra las palabras y la presencia de otros y, por ende, contra la realidad como tal.

Retazos del libro de Arendt

[...] El miembro de la jerarquía nazi más dotado para la resolución de problemas de conciencia era Himmler. Himmler ideaba eslóganes, como el famoso lema de las SS, tomado de un discurso de Hitler dirigido a estas tropas especiales, en 1931, "Mi honor es mi lealtad" -frases pegadizas a las que Eichmann llamaba "palabras aladas", y los jueces de Jerusalén denominaban "banalidades"-, y los difundía, tal como Eichmann recordaba, a finales de año, seguramente acompañadas de una gratificación de Navidad. Eichmann únicamente recordaba uno de estos eslóganes. Y lo repetía constantemente: "Éstas son batallas que las futuras generaciones no tendrán que librar". Se refería a las batallas contra las mujeres, los niños, los viejos y las "bocas improductivas".

Eichmann durante el juicio en Jerusalén

He aquí otras frases tomadas de los discursos que Himmler dirigía a los comandantes de los Einsatzgruppen y a los altos jefes de las SS y de la policía: "Haber dado el paso al frente y haber permanecido íntegros, salvo excepcionales casos explicables por la humana debilidad, es lo que nos ha hecho fuertes. Ésta es una gloriosa página de nuestra historia que jamás había sido escrita y que no volverá a escribirse", "La orden de solucionar el problema judío es la más terrible orden que una organización podía jamás recibir", "Sabemos muy bien que lo que de vosotros esperamos es algo sobrehumano, esperamos que seáis sobrehumanamente inhumanos".

Lo que se grababa en las mentes de aquellos hombres que se habían convertido en asesinos era la simple idea de estar dedicados a una tarea histórica, grandiosa, única ("una gran misión que se realiza una sola vez en dos mil años"), que, en consecuencia, constituía una pesada carga. Esto último tiene gran importancia, ya que los asesinos no eran sádicos, ni tampoco homicidas por naturaleza, y los jefes hacían un esfuerzo sistemático para eliminar de las organizaciones a aquellos que experimentaban un placer físico al cumplir con su misión.

Las tropas de los Einsatzgruppen procedían de las SS armadas, unidad militar a la que no cabe atribuir más crímenes que los cometidos por cualquier otra unidad del ejército alemán, y sus jefes habían sido elegidos por Heydrich entre los mejores de las SS, todos ellos con título universitario.

De ahí que el problema radicara, no tanto en dormir su conciencia, como en eliminar la piedad meramente instintiva que todo hombre normal experimenta ante el espectáculo del sufrimiento físico. El truco utilizado por Himmler -quien, al parecer, padecía muy fuertemente los efectos de aquellas reacciones instintivas- era muy simple y probablemente muy eficaz. Consistía en invertir la dirección de estos instintos, o sea, en dirigirlos hacia el propio sujeto activo. Por esto, los asesinos, en vez de decir: "¡Qué horrible es lo que hago a los demás!", decían: "¡Qué horribles espectáculos tengo que contemplar en el cumplimiento de mi deber, cuán dura es mi misión!".

El hecho de que Eichmann recordara mal las ingeniosas frases de Himmler quizá sea un indicio de que existían otros medios más eficaces para resolver los problemas de conciencia. Entre todos ellos destacaba, como Hitler había previsto certeramente, el simple hecho de la guerra.

Eichmann repitió una y otra vez la existencia de "una actitud personal diferente" con respecto a la muerte, "cuando uno ve muertos en todas partes", y cuando todos esperaban con indiferencia la propia muerte. "No nos importaba morir hoy o morir mañana, y, en ocasiones, maldecíamos el amanecer que nos pillaba todavía vivos."


Conclusión

A pesar de los millones de personas asesinadas, a pesar de la inmensa crueldad de las acciones que se llevaron a cabo, no fue el resultado de la acción de sádicos degenerados, ni de enfermos mentales, como resultaría tranquilizador creer. Exigió la colaboración de honrados ciudadanos, de intelectuales, de científicos, de personas que, en la mayor parte de los casos serían incapaces de crueldad directa contra sus semejantes que, probablemente, reprobarían el uso de la violencia física y que jamás la habían utilizado y, pese a todo, consiguió dicha colaboración.

¿Cómo fue posible?: se había logrado la invisibilidad de las víctimas, deshumanizándolas, aislándolas, sacándolas de la vista de la mayoría, convirtiéndolas en entes intercambiables y, lo más importante, totalmente diferentes del resto de ciudadanos. Se había logrado una perfecta división del trabajo, totalmente jerarquizada que permitía a cada uno de los funcionarios implicados obtener la satisfacción del trabajo bien hecho, traspasando la responsabilidad moral al funcionario inmediatamente superior.

Se utilizaba un lenguaje neutro, aséptico, que permitía dormir las conciencias y otorgar una sensación de rutina, de normalidad. No existía una relación directa entre la nimiedad del gesto individual y la inmensidad del resultado. Ni se veía a las víctimas, ni existía una relación directa entre el trabajo de cada uno y el resultado de dicho trabajo, siempre existía un intermediario que garantizaba que la responsabilidad se diluyera. Se había utilizado, en fin, la burocracia y como en toda burocracia, lo importante eran los medios, los procedimientos, los reglamentos y no el fin que se perseguía.

De la misma forma se hizo posible la mayor crueldad, se logró la colaboración de las propias víctimas, a las que siempre se concedió el engaño de la lógica: sin poder imaginar el horror que se gestaba, acostumbradas a pensar en un mundo ordenado racionalmente, se les ofreció siempre, hasta el último momento, la apariencia de una organización racional, en la que existían leyes, procedimientos, categorías con las que podían, actuando siempre según los medios de los que anteriormente se habían valido, minimizar el sufrimiento y salvar la vida.

Es decir, fueron los propios mecanismos en los que solemos confiar para garantizar el bien general los que lograron que el éxito fuese completo. Los mismos mecanismos que siguieron funcionando actualmente. No quiere decir esto que la burocracia y la moderna organización social den cómo resultado necesariamente un fenómeno como el Holocausto, pero sí que contienen los elementos que lo hicieron posible y que dichos elementos no han sido puestos en duda como debieran. La mayor parte de las personas somos capaces de causar un daño importante a otras si ocupamos una posición de poder o si existe una autoridad firme que nos lo ordene.

Como decía el defensor de Eichmann en el juicio, se va a condenar a un hombre por hechos que, si hubieran sido otros los vencedores, le habrían glorificado.

domingo, 5 de abril de 2009

La sabiduría es no tener miedo

Yo nunca he creído en la felicidad. Prefiero la idea de la serenidad, lo que los griegos llamaban "sabiduría". No consiste en satisfacer todos tus deseos sino en descubrir, como Nietzsche, que las dos tragedias que pesan sobre el hombre son el pasado y el futuro. Ahí viven todos los miedos. Si el pasado fue feliz sentimos nostalgia; si no lo fue, das paso a "las pasiones tristes" de Baruch de Spinoza, los remordimientos, la culpabilidad, e intentas reescribir tu historia. Crees que las cosas irán mejor, cambias de peinado, de coche, de vestido, de marido o de mujer...Pero no es así. Es una desgracia porque cada vez que eres tocado por el pasado o cautivo de las ilusiones del futuro, dejas de vivir en el presente.

Desde que los griegos inventaron la filosofía, en el sigo VI a.C., su mismo nombre la define como la búsqueda de la sabiduría. Sabiduría en filo-sofía, la "sophia" se da en el momento de la vida en que somos capaces de vencer los miedos que nos impiden vivir, que nos restringen. Hay diferentes miedos: miedo social, miedos psíquicos como las fobias, el miedo a la oscuridad o a quedarnos encerrados dentro del ascensor y el miedo del amor, es decir el miedo por los otros: el miedo por nuestros hijos, el miedo por nuestros padres que van a morir. La idea de los griegos que va a atravesar toda la filosofía hasta Nietzche y Heidegger es que el sabio es aquél que ha triunfado en la tarea de no sentir miedo, aquél que ha logrado remontarlo.

Otto Dix, la guerra

Cuando uno ha vencido el miedo, se ha salvado, ha logrado la salvación. Y cuando se ha logrado la salvación se puede acceder a la vida buena. ¿Qué significa este triunfo sobre el miedo? Significa la libertad y la generosidad.

Cuando uno tiene miedo se vuelve totalmente egocéntrico, totalmente cerrado a los otros, menos capaz de amar y pierde todo tipo de libertad de espíritu porque está preocupado, precisamente, por el miedo. La idea de los griegos era que la sabiduría es la serenidad que proviene del hecho de no tener miedo. El sabio es libre porque ha perdido el miedo y puede amar a los otros porque es libre.

Hay tres materias que tienen el mismo proyecto: ayudarnos a remontar el miedo y que son la religión, la filosofía y la psicología. En la religión cristiana, el mensaje de Cristo es justamente que el amor es más fuerte que la muerte, que al final uno va a reencontrarse con las personas que ama. El discurso del psicoanálisis hace lo mismo. Su objetivo es ayudar a los humanos a remontar la angustia. Freud, que fue el más grande le escribe en una carta a su amigo Flies que desde el momento en que se formula la pregunta sobre la muerte se está enfermo, porque todo eso no existe realmente, sino que es algo fantasmal. Yo pienso exactamente lo contrario, que todo aquel que no se pregunta sobre la muerte es un imbécil. En la religión hay un imperativo: respetar a los otros. La pregunta que se plantea la filosofía es cómo vivir sabiendo que vamos a morir. No se trata de un imperativo moral, sino de un imperativo de sabiduría.

La muerte no es solamente el fin de la vida biológica. Para los filósofos griegos y para la tradición que les sigue, en el interior mismo de la vida, incluso de la vida más dichosa, hay muchas muertes que tienen que ver con lo que es irreversible, lo que, como repite el cuervo del poema de Edgar Allan Poe, no sucederá "never more". En la infancia este "never more" puede ser la separación de los padres, el fin de las vacaciones, el cambio de escuela, la ruptura con un amigo. La muerte está presente de mil maneras a lo largo de la vida.

miércoles, 1 de abril de 2009

Beneficios de consumir menos calorías en el ser humano

Larga vida a Lady Gaga

En 1933 por primera vez se encontró la relación entre los efectos de la restricción de calorías y la extensión de la vida de las ratas. Se comprobó además que era notable la reducción de la presencia de tumores en los animales a dieta. Treinta años más tarde se estudio sistemáticamente la incidencia de tumores, crecimiento y longevidad en condiciones de restricción calórica.

Esto finalmente llamo la atención de la comunidad científica y los trabajos de Walford,Weindruch y Masoro establecieron este paradigma de la investigación biogerontológica y por primera vez se genero un atisbo de posibilidad de modificar el proceso de la senescencia.

La restricción de calorías en la dieta retarda todos los cambios fisiológicos relacionados con el envejecimiento y es el único método conocido para extender la vida y reducir la incidencia de tumores y otras enfermedades asociadas a la vejez.

Los efectos de la restricción son intensos y han sido demostrados en todas las especies estudiadas desde las levaduras hasta los primates.

Se realiza reduciendo entre un 30 y un 50% el consumo de calorías. Si se inicia tempranamente se logra una duplicación de la longevidad de la especie considerada. Todavía no se conoce con precisión el mecanismo por el cual opera. Se ha postulado una drástica disminución del stress oxidativo, observándose reducción de todos los parámetros de daño molecular de los oxidantes. Mejora la respuesta inmune. Disminuye el numero de mitosis en los tejidos, (reducción de tumores).

Se observa mejoría del aprendizaje y de la memoria. Disminuye la vulnerabilidad del tejido nervioso a la injuria y la enfermedad, protegiendo a los animales en modelos de enfermedad de Alzheimer y Parkinson. Estimula la producción de nuevas neuronas y aumenta la plasticidad sináptica. Genera intensos cambios en el metabolismo glúcido, se reduce la glucemia y la resistencia a la insulina, de este modo interfiere también con los procesos de glicosilación.

En ratones de 100 días la expectativa de vida es de 625 días, bajo restricción calórica se extiende a 1250 días, llegando muchos de ellos a 1800 días.La limitación calórica en humanos iniciada a edad similar, si estos datos fueran extrapolables, implicaría alcanzar una vida saludable hasta los 180 años, pero...

Científicos de la Washington University School of Medicine en St. Louis publicaron recientemente un artículo en la revista Agig Cell en el que discrepan sobre la posibilidad de aplicar la restricción calórica con el mismo éxito en personas que en animales.

En la mayoría de los modelos animales usados para estudiar la longevidad la esperanza de vida está relacionada con el factor de crecimiento IGF-1, que es producido principalmente en el hígado. Esta producción es estimulada por la hormona del crecimiento y puede ser reducida mediante la aceleración o insensibilización a esta hormona. En los animales bajo restricción calórica los niveles de IGF-1 en sangre declinan de un 30 a un 40 por ciento. Luigi Fontana, uno de los autores del estudio, afirma que durante años ha supervisado a personas de la sociedad CR sometidas a una dieta de restricción calórica durante largo tiempo. No han encontrado diferencias entre los niveles de IGF-1 de esta gente y los de otras personas.

La sociedad CR, cuyos miembros se autodenominan CRONies (Calorie Restriction with Optimal Nutrition), han estado bajo restricción calórica un promedio de siete años desde que Fontana empezara con las controles. Los niveles de IGF-1 encontrados durante estos controles son idénticos a los de personas sedentarias que comen de una manera normal una dieta occidental.

Como el efecto de este tipo de dieta es tan acusado en animales de laboratorio Fontana, John O. Holloszy y sus colaboradores de Washington University llevan también un proyecto controlado denominado CALERIE (Comprehensive Assessment of the Long term Effects of Reducing Intake of Energy) en el que se analiza el efecto de la restricción calórica y otros factores biológicos ligados a la longevidad y a la salud.

Dividieron aleatoriamente a un conjunto de 48 voluntarios en tres grupos: 18 bajaron su ingesta calórica en un 25%, otros 18 practicaron ejercicio físico como para gastar un 25% más de calorías, mientras que el resto era no cambiaron sus hábitos constituyendo el grupo de control. El experimento se realizó durante un año, al final del cual los investigadores midieron los niveles de IGF-1 de las personas de los tres grupos. De nuevo los niveles de IGF-1 en los sujetos bajo restricción calórica no habían bajado.

Obviamente había una diferencia sustancial entre roedores y humanos bajo este tipo de dieta y no sabía a qué se podría deber. Como los niveles de IGF-1 dependen tanto de la ingestión de caloría como de la ingestión de proteínas, los autores se pusieron a investigar ésto último.

Para ello estudiaron los niveles de IGF-1 de una población de vegetarianos estrictos durante varios años. Éstos, al no comer carne, ingirieron menos proteínas que los CRONies. Descubrieron que los vegetarianos tenían niveles de IGF-1 significativamente inferiores, incluso cuando eran más obesos que los CRONies.

La proteína de la dieta estaría por tanto relacionada con los niveles bajos de IGF-1. Los vegetarianos estrictos obtienen sólo un 10% de su ingesta de calorías totales de las proteínas mientras que los CRONies obtenían un 23 ó 24 por ciento de ellas.

Se solicitó a unos CRONies que rebajaran su ingestiòn de proteínas y seis de ellos se prestaron voluntarios. Después de seis semanas sus niveles de IGF-1 declinaron dramáticamente.

En estudios previos de este mismos grupos de investigadores se mostraba que una dieta baja en proteínas prevenía la aparición de ciertos tipos de cáncer. Ahora también estaría relacionada, teóricamente, con una mayor longevidad.

Fontana sugiere que aquellos que ajusten su dieta para mejorar su salud deberían de controlar no sólo la ingestión de calorías y grasas, sino que además deberían de controlar la de proteínas.

La RDA norteamericana recomienda una ingestión de 0,82 gramos de proteínas por kilo de peso, es decir unos 56 gramos de proteínas para un hombre adulto promedio y 46 gramos para una mujer. La mayoría de la gente consume mucha mayor cantidad, incluyendo los CRONies.

Según Fontana es mucho más fácil restringir la ingestión de proteínas que de calorías, y puede que incluso la reducción de calorías quizás no sea necesaria para bajar los niveles de IGF-1. Estos investigadores quieren comprobar esta hipótesis en estudios futuros. Mientras tanto Fontana aconseja reducir la ingestión de proteínas hasta los niveles aconsejados por la RDA.