domingo, 13 de enero de 2008

La provocación


Fue una de las claves del espíritu vanguardista. Como el mingitorio de Marcel Duchamp. Este gesto provocador formaba parte de las vanguardias artísticas surgidas a principios del siglo pasado como reacción a la crisis del ideal burgués de progreso humano; crisis originada por la Primera Guerra Mundial.

No sólo obras de arte, sino acciones. Cuenta Alberti que Buñuel, en la época de la Residencia de Estudiantes (1920-30), se disfrazaba de cura con una sotana e iba a comer a un restaurante. Cuando le traían la cuenta, simulando ser excesiva, empezaba a cagarse en Dios... En 1929 estrena Un perro andaluz, con la colaboración de Salvador Dalí: En París, el 6 de julio, ante un público que recibió entusiasmado la provocación y el escándalo que traducía esta experiencia surrealista de imágenes inconexas y oníricas.

Por las mismas fechas, un poeta vanguardista de Sevilla anunció con carteles que iba aponer un huevo en el Ateneo ... y llenó la sala donde fingió al puesta. Hubo escándalo.

A otros les fue peor. Baudelaire se tiñó una vez el pelo de verde y encontró a un conocido que nada le observaba sobre el particular. Al reprochárselo el poeta, aquél le respondió que llevar el pelo verde estaba ya muy extendido entre los burgueses, si al menos se hubiese teñido de azul celeste...