sábado, 7 de marzo de 2009

Cómete a un filósofo

Nietzsche llama casuística del egoísmo a la preocupación por uno mismo, de la que son signo la alimentación, los climas, los lugares, los descansos. Dice que esas preocupaciones permiten hacer de la vida una obra de arte, "seamos poetas de nuestra vida - señala - de cada detalle". Para él la cuestión del régimen alimenticio es vital, cómo alimentarse para llegar al máximo de virtud.

Luigi Cornaro, un filósofo veneciano, autor del Discurso sobre la vida sobria encomienda un régimen bajo en calorías, que deduce que es la causa de su vida prolongada. Nietzsche argumenta que era su bajo consumo energético lo que le impelía a comer poco, añade que uno no elige el propio régimen alimenticio, sino que debe adaptarse a sus necesidades con inteligencia.

Nietzsche aboga por un solo vaso de vino en la comida y suprimir el pan, que ahoga el sabor del resto de la comida. Despotrica de la ordinariez de la cocina alemana. Y para los vegetarianos, como Wagner, que lo fue algún tiempo, opina que para una vida afectiva intensa se necesita carne ( Carta a Gersdorff el 28/9/1869).

En resumen, sus Tablas de la Ley sobre la nutrición serían: 1. Conocer la talla del propio estómago. 2. Preferir una comida copiosa que varias ligeras, pues la digestión es más fácil cuando el estómago está lleno.3. El tiempo que se pase en la mesa, medio.

La comida de los remeros. Mari Fe Romero Campo, copia Renoir.

Un filósofo antecesor, el Marqués de Sade, subordina el alimento a la sexualidad, así pone por la nubes la pechuga de pollo, sobre la que tiene la teoría de que proporciona las deposiciones más suculentas a los coprófagos más hambrientos.

Los demiurgos de las utopías sociales tienen una visión colectivista, como Tomas Moro, en su Utopía. Le molesta que la gente coma en sus casas y justificaban este hecho diciendo que era necesario comer en común, pues las comidas comunes eran opíparas, en lo que todo el mundo estaba de acuerdo ya que el banquete es una ocasión para estrechar lazos familiares y de amistad.

Por otro lado señala que la cocina es el primer acto de amor de nuestros antepasados. En la cocina y por la cocina comienza nuestra inteligencia afectiva. Los utopistas querían que en un mundo perfecto, nadie comiese solo, buscaban una sociedad que se fundara sobre la alegría compartida en la mesa.


Robert Owen proponía que el primer paso para la construcción de una sociedad justa fuera dotar a la infancia de una alimentación sana, suficiente y bien condimentad. Charles Fourier cuyo proyecto político era construir una sociedad en la que cada hombre pudiera satisfacer sus placeres y sus necesidades, entendía que el primer paso de la nueva cocina seria sustituir el sosísimo pan por bollos suculentos bañados en crema y mermelada e introducir en la dieta, fresas con nata, jamón cocido con huevo hilado, etc...Su intención era crear una dieta que favoreciese el que la nueva mujer tuviera una vagina lustrosa, jugosa, prieta y vigorosa, capaz de procurarle numerosos orgasmos durante todos los días de su vida; y que los hombres disfrutaran de unos testículos gruesos y siempre llenos así como de un pene espléndido cuyas imparables erecciones no le dejaran nunca en la estacada. También añadía que la nueva cocina tenia que ser plena en virtudes afrodisíacas.

Fuera de los filósofos sociólogos, para Feuerbach, el hombre es lo que come. Manda obedecer a los sentidos, de manera que le cuerpo sea el fundamento de la razón y Brillat-Savarin, el cuñado de Charles Fourier dice "dime lo que comes y te diré quién eres".

Sartre da poca importancia en general a las necesidades del cuerpo, es conocido que la llamaban manos negras porque siempre tenía los antebrazos con grasa hasta el codo. De la comida le da igual saltársela o engullir cualquier cosa. No le gusta la fruta, no está elaborada, se presenta tal cual, no ha intervenido el hombre. Aboga por los postres cocinados. Si algo detesta son los crustáceos, los moluscos. Abomina de ellos pues le parecen seres de otro mundo, hay que estirpar su carne de dentro, de un caparazón, utilizando instrumentos. Son pues, elementos más relacionados con el mundo mineral.