El zoólogo y psicólogo evolucionista de la Universidad de Washington David O. Barash y la psiquiatra de la Swedish Medical Center en Washington, Judith Eve Lipton desmitifican la monogamia como comportamiento natural en la naturaleza. Incluso los pájaros utilizados como ejemplo de fidelidad, escapan a este comportamiento y buscan nuevas parejas.
Aparte de los pájaros el de Playboy tampoco es monógamo
Las últimas investigaciones de los dos científicos norteamericanos revelan que entre los mamíferos y, particularmente, entre los primates no es fácil constatar la monogamia como práctica habitual. Los pájaros, en cambio, son monógamos. Y los pájaros como los humanos practican la monogamia social, pero ambos no son monógamos desde la óptica puramente sexual.
Es un mito pensar que tener una sola pareja será fácil, porque ni siquiera los animales lo cumplen, sostiene David Barash. El sueño de todo hombre es que su pareja le sea eternamente fiel. Cuando el asunto sale en los medios de comunicación, debido a la infidelidad de famosos, vuelve la polémica pública: ¿es posible lograrlo? "El mito de la monogamia es creer que ese sistema forma parte de la naturaleza humana, y que resulta fácil una vez que se ha encontrado la pareja perfecta", puntualiza Barash. La realidad "es que la monogamia no es natural y, por lo tanto, resulta difícil de cumplir. Esto no quiere decir que sea imposible o algo no deseado; simplemente, requiere un gran esfuerzo".
¿Qué significa que la monogamia precisa un gran esfuerzo? "La conciencia de nuestra propia vulnerabilidad, al igual que de la vulnerabilidad de la pareja"." Si alguien opta por una sola pareja, por la razón que sea, le pido que entienda su biología y que reconozca que ser monógamo no es fácil porque no es natural. Ahora bien, muchas cosas no son naturales, como tocar el violín o aprender un nuevo idioma".
Las investigaciones en animales muestran que, aun cuando el adulterio es habitual, ninguna especie lo acepta; por el contrario, cualquier individuo reacciona violentamente al ser traicionado.
La conducta que podemos llamar de variedad sexual está condicionada no tanto por la búsqueda de la diversidad como por la de la calidad. En otras palabras, se otorga inconsciente o conscientemente una gran importancia a la salud y la belleza y, por lo tanto, a los genes. Ahora bien, ¿cómo se sabe dónde están los buenos genes? ¿Cómo puede saber un miembro de la pareja, que no cuenta con un microscopio ni con el equipamiento necesario, que los genes del otro son buenos?
Una especie de ranas –concretamente el macho de las ranas de árbol grises– nos da una pista. El macho que goza de mejor salud, y por consiguiente de mejores genes, tiene un canto inconfundiblemente más prolongado. Otras veces las señales no tienen que ver con el sonido, sino con los colores; sobre todo, en el mundo de los peces y los pájaros. En el caso de los humanos y de gran parte de insectos y mamíferos, la señal determinante es el nivel de fluctuaciones asimétricas; si este nivel es inferior al promedio, el organismo en cuestión está exteriorizando que su metabolismo funciona perfectamente y que, por lo tanto, sus genes son envidiables.
En caso contrario –no hay simetría en las facciones– se está anticipando que las huellas del dolor y de las enfermedades han distorsionado el perfil hasta el punto de que su nivel de fluctuaciones asimétricas es superior al promedio; estamos contemplando el subproducto de genes defectuosos.
A los que les cueste admitir el papel determinante de la simetría como detector de la ausencia de enfermedades, y consecuentemente de la belleza buscada, que recuerden que la mayoría de las decisiones que tomamos forma parte de los mecanismos del inconsciente. Son centenares de miles de años de experiencia que expresan, por la vía del inconsciente, una preferencia por la salud y la ausencia de dolor que escenifican una cara y un cuerpo simétricos. Claro habrá a quienes les cueste más aún admitir que la mayoría de sus decisiones no son conscientes. Pero ese es otro asunto a refutar en otro post.
Aparte de los pájaros el de Playboy tampoco es monógamo
Las últimas investigaciones de los dos científicos norteamericanos revelan que entre los mamíferos y, particularmente, entre los primates no es fácil constatar la monogamia como práctica habitual. Los pájaros, en cambio, son monógamos. Y los pájaros como los humanos practican la monogamia social, pero ambos no son monógamos desde la óptica puramente sexual.
Es un mito pensar que tener una sola pareja será fácil, porque ni siquiera los animales lo cumplen, sostiene David Barash. El sueño de todo hombre es que su pareja le sea eternamente fiel. Cuando el asunto sale en los medios de comunicación, debido a la infidelidad de famosos, vuelve la polémica pública: ¿es posible lograrlo? "El mito de la monogamia es creer que ese sistema forma parte de la naturaleza humana, y que resulta fácil una vez que se ha encontrado la pareja perfecta", puntualiza Barash. La realidad "es que la monogamia no es natural y, por lo tanto, resulta difícil de cumplir. Esto no quiere decir que sea imposible o algo no deseado; simplemente, requiere un gran esfuerzo".
¿Qué significa que la monogamia precisa un gran esfuerzo? "La conciencia de nuestra propia vulnerabilidad, al igual que de la vulnerabilidad de la pareja"." Si alguien opta por una sola pareja, por la razón que sea, le pido que entienda su biología y que reconozca que ser monógamo no es fácil porque no es natural. Ahora bien, muchas cosas no son naturales, como tocar el violín o aprender un nuevo idioma".
Las investigaciones en animales muestran que, aun cuando el adulterio es habitual, ninguna especie lo acepta; por el contrario, cualquier individuo reacciona violentamente al ser traicionado.
La conducta que podemos llamar de variedad sexual está condicionada no tanto por la búsqueda de la diversidad como por la de la calidad. En otras palabras, se otorga inconsciente o conscientemente una gran importancia a la salud y la belleza y, por lo tanto, a los genes. Ahora bien, ¿cómo se sabe dónde están los buenos genes? ¿Cómo puede saber un miembro de la pareja, que no cuenta con un microscopio ni con el equipamiento necesario, que los genes del otro son buenos?
Una especie de ranas –concretamente el macho de las ranas de árbol grises– nos da una pista. El macho que goza de mejor salud, y por consiguiente de mejores genes, tiene un canto inconfundiblemente más prolongado. Otras veces las señales no tienen que ver con el sonido, sino con los colores; sobre todo, en el mundo de los peces y los pájaros. En el caso de los humanos y de gran parte de insectos y mamíferos, la señal determinante es el nivel de fluctuaciones asimétricas; si este nivel es inferior al promedio, el organismo en cuestión está exteriorizando que su metabolismo funciona perfectamente y que, por lo tanto, sus genes son envidiables.
En caso contrario –no hay simetría en las facciones– se está anticipando que las huellas del dolor y de las enfermedades han distorsionado el perfil hasta el punto de que su nivel de fluctuaciones asimétricas es superior al promedio; estamos contemplando el subproducto de genes defectuosos.
A los que les cueste admitir el papel determinante de la simetría como detector de la ausencia de enfermedades, y consecuentemente de la belleza buscada, que recuerden que la mayoría de las decisiones que tomamos forma parte de los mecanismos del inconsciente. Son centenares de miles de años de experiencia que expresan, por la vía del inconsciente, una preferencia por la salud y la ausencia de dolor que escenifican una cara y un cuerpo simétricos. Claro habrá a quienes les cueste más aún admitir que la mayoría de sus decisiones no son conscientes. Pero ese es otro asunto a refutar en otro post.