"El secreto jamás debe ser desvelado so pena de caer en una historia banal “ (Baudrillard. Las estrategias fatales).
Un detalle esencial: lo que oculta el secreto en absoluto es ininteligible, al contrario, es totalmente inteligible, por eso no debe desvelarse. En cambio, el campo de las apariencias, al estar expuesto ya de entrada, al estar revelado de entrada, no tiene más que ocultar y por eso no hay que pasar de ahí.
Ya decía Oscar Wilde que no hay nadie más aburrido que el que no deja nada por decir. Charles Baudelaire publicaba en 1853 en Le Monde Littéraire uno de sus ensayos más lúcidos y originales Moral del juguete , donde habla de la manía de los niños de destripar los juguetes como buscando su alma, para acabar decepcionados al comprobar que en el fondo no hay nada.
Un detalle esencial: lo que oculta el secreto en absoluto es ininteligible, al contrario, es totalmente inteligible, por eso no debe desvelarse. En cambio, el campo de las apariencias, al estar expuesto ya de entrada, al estar revelado de entrada, no tiene más que ocultar y por eso no hay que pasar de ahí.
Ya decía Oscar Wilde que no hay nadie más aburrido que el que no deja nada por decir. Charles Baudelaire publicaba en 1853 en Le Monde Littéraire uno de sus ensayos más lúcidos y originales Moral del juguete , donde habla de la manía de los niños de destripar los juguetes como buscando su alma, para acabar decepcionados al comprobar que en el fondo no hay nada.