Platón y Aristóteles en la Academia. Rafael Sanzio.
En el Protágoras, Sócrates se empeña en mostrar que lo bueno y lo placentero son equivalentes y que el problema del mal y de la desdicha consiste en que se calcula mal el valor de los placeres. Nos dejamos llevar de las apariencias y de la ignorancia. Por eso la felicidad consistiría en un cálculo adecuado que "mostrando lo auténtico lograría que el alma se mantuviera serena permaneciendo en la verdad y pondría a salvo nuestra existencia".
Esta idea la repite Epicuro: "la vida feliz procede de un cálculo prudente que investiga la causa de toda elección y rechaza las falsas opiniones" y concluye que no es posible vivir feliz sin vivir honesta y sensatamente. Séneca en sus Cartas a Lucilio también concluye que que el verdadero gozo hay que tomárselo en serio, buscando lo que provoque alegría . Más tarde Spinoza señalaba que lo bueno para cada cual es lo que aumenta nuestra capacidad de obrar, provocándonos alegría.
En el Protágoras, Sócrates se empeña en mostrar que lo bueno y lo placentero son equivalentes y que el problema del mal y de la desdicha consiste en que se calcula mal el valor de los placeres. Nos dejamos llevar de las apariencias y de la ignorancia. Por eso la felicidad consistiría en un cálculo adecuado que "mostrando lo auténtico lograría que el alma se mantuviera serena permaneciendo en la verdad y pondría a salvo nuestra existencia".
Esta idea la repite Epicuro: "la vida feliz procede de un cálculo prudente que investiga la causa de toda elección y rechaza las falsas opiniones" y concluye que no es posible vivir feliz sin vivir honesta y sensatamente. Séneca en sus Cartas a Lucilio también concluye que que el verdadero gozo hay que tomárselo en serio, buscando lo que provoque alegría . Más tarde Spinoza señalaba que lo bueno para cada cual es lo que aumenta nuestra capacidad de obrar, provocándonos alegría.