John Stuart Mill en su ensayo Sobre la libertad, considera a ésta solamente necesaria para lo verdaderamente importante, que el hombre pueda trazar el pan de su vida según su propio carácter. Concluye que con tal de que una persona tenga un cierto grado de sentido común y de experiencia, su propio modo de arreglar su existencia es el mejor, no porque sea mejor en sí, sino porque es el suyo.
Lo que Goethe hace decir a Dios en el Fausto : "no es el error lo que pierde al hombre, sino la inactividad", Y Fausto, al final, exclama: "Ésta es la última palabra de la sabiduría, solo merece libertad y vida quien diariamente sabe conquistarlas".