Dormir no puede ser solo para descansar. El cerebro trabaja continuamente mientras dormimos, su actividad solo se reduce un 20% respecto a la vigilia. Tenemos que dormir por otros motivos, motivos positivos, motivos fascinantes como la memoria. Todos tenemos recuerdos increíbles. Nuestro cerebro está repleto de recuerdos. ¿Cómo los conserva? ¿Cómo los mantiene actualizados y disponibles? Hay que entender los sueños y las emociones para responder estas preguntas.
Las leyes del cerebro cambian durante el sueño. Cambia la química y así desaparecen factores característicos de la vigilia como la coherencia y la continuidad. Es un cerebro diferente, y por eso no puedes organizar los pensamientos, no sabes quién eres, estás desorientado.
Los psiquiatras Allan Hobson y Robert Mc Carley sostienen que el cerebro es un generador de estados oníricos. Cuando se activan regiones implicadas en los sueños, se desencadena información que el cerebro trata de ordenar a través de un proceso fisiológico. La región implicada es el pontino. Cuando una persona sueña, células nerviosas del bulbo raquídeo llamadas pons son cuarenta veces más activas. Se propone que son las responsables de iniciar el conocido MOR (Movimiento Ocular Rápido) o REM (en inglés) y las imágenes oníricas (a través de la activación de los centros visuales del cerebro).
Bajo el sueño, las células nerviosas del pons transmiten información sobre los movimientos oculares hasta los centros principales del cerebro. Ahora bien, dicha información consistiría en ocasiones muy incoherente para el sistema cerebral que, en una persona despierta, comienza el movimiento de los ojos. Consiguientemente, se concibe al sueño como una forma de ordenar información, como una función biológica que intenta otorgar sentido a esa fuente de información incoherente. El absurdo de los sueños, teorizan ambos psiquiatras, es la falla del cerebro por integrar adecuadamente su propia información. El cerebro, tras recibir la información proveniente de los ojos en el MOR, intenta compararla con la fuente de datos disponibles en la memoria a corto plazo.
Según Allan Hobson, la esencia de la extrañeza de los sueños es la incongruencia y la discontinuidad. ¿Y por qué somos incongruentes cuando soñamos?
Porque la conciencia y los demás factores característicos de la vigilia, que hacen que nuestra conversación sea más o menos coherente, desaparecen. Ya no están. Las leyes del cerebro cambian. Y cambian como consecuencia de la química, ahora lo sabemos. Sabemos que el cerebro cuando dormimos en un cerebro distinto…
Y cuando soñamos, también es otro cerebro diferente. Así que por lo menos hay tres cerebros, y quizá tengamos un número infinitos de cerebros según los estados cerebrales. Si pensamos en la vigilia, por ejemplo, tampoco entendemos muy bien ese estado, hay muchos estados cuando estamos despiertos. Se pueden tener fantasías, y pensamientos. Si estás loco, puedes tener incluso alucinaciones despierto. El cerebro tiene la capacidad de generar una infinidad de estados
Al dormir, se genera una química distinta en el cerebro, es un cerebro distinto. La cantidad de acetilcolina aumenta en las neuronas. Llega en mayores cantidades, se libera de otra manera, se generan grandes oleadas de acetilcolina. Pero lo que más cambia es que la norepinefrina y la serotonina que son dos substancias químicas que sabemos que están relacionadas con la conciencia, el estado de ánimo y la memoria, ¡desaparecen! durante el sueño REM, al soñar. Ya no se liberan al cerebro. Por eso no puedes organizar los pensamientos, no sabes quién eres, estás desorientado… tienes toda esa incongruencia y discontinuidad, porque esas sustancias químicas nos ayudan de algún modo (no sabemos cómo) a organizar nuestros pensamientos cuando estamos despiertos. Pero el hecho de que esto se detenga al soñar hace que los sueños sean interesantes para los psiquiatra, porque tienen todos los elementos de la locura.
La acetilcolina aumenta, y la serotonina y la norepinefrina disminuyen.
Normalmente, los niveles de acetilcolina se controlan e inhiben por la serotonina y la norepinefrina, pero cuando esto se detiene, el sistema de acetilcolina puede campar a sus anchas. Y lo hace. Activa las neuronas que transmiten acetilcolina al prosencéfalo, en grandes cantidades, y gracias a los experimentos de microanálisis sabemos que la acetilcolina se libera en mayores cantidades en el tronco encefálico durante el sueño REM.
Los sueños nos cuentan algo del cerebro. Evidentemente, un sueño nos muestra un estado cerebral que no comprendemos del todo, nadie dice que en los sueños no hay gusto, no hay olfato, y siempre hay movimiento. Siempre hay movimiento en los sueños. Nunca son estáticos. Y sin embargo pasamos la mayor parte de nuestra vida, por lo menos los que trabajamos en universidades u oficinas. Sentados frente al ordenador, o al teléfono… eso nunca pasa en los sueños. Nunca. ¿Y por qué?
Siempre hay movimiento, lo que significa que el movimiento es un organizador muy importante de la memoria, probablemente, y la organización del movimiento en el cerebro se produce en lóbulo frontal, cerca de los sistemas de la memoria y las emociones. Así que, probablemente, al decidir moverte, hay muchas cosas que suceden en el cerebro.
Otra manera interesante de verlo es que, durante el sueño, sólo se produce una reducción del 20% en el consumo de oxígeno. Esto está relacionado con la energía, por supuesto. Así que, mientras duermes, la actividad de tu cerebro es de un 80% respecto a la vigilia, aunque no lo percibimos así. Nos parece que es cero.
Pero el cerebro está haciendo muchas cosas, y evidentemente esto es muy importante para responder una pregunta recurrente: ¿por qué dormimos?
Abandonamos la consciencia, pero nuestro cerebro trabaja continuamente mientras dormimos.Tiene un 80% de actividad mientras dormimos. Y en el sueño REM está casi igual de activo que en la vigilia. De modo que no es cierto que durmamos para descansar. No puede ser así. Quizá un poco, pero sólo una pequeña parte. Tenemos que dormir por otros motivos, motivos positivos. El cerebro está haciendo otra cosa con la información.
Una de las cosas más extraordinarias del ser humano es la memoria. Todos tenemos recuerdos increíbles. Nuestro cerebro está repleto de recuerdos. ¿Cómo los conserva? ¿Cómo los mantiene actualizados y disponibles? Si pensamos en un archivo de fotos con varias películas fotográficas, se deterioraría en 20 años. Buscaríamos un carrete y estaría en pedazos… pero el cerebro puede hacerlo,
Y las partes del cerebro que participan en el almacenamiento de recuerdos están muy vinculadas: el lóbulo temporal. Al estimular el lóbulo temporal, como cuando los neurocirujanos operan el lóbulo temporal, por ejemplo, se evocan recuerdos, los recuerdos llegan al paciente… recuerdos, olores, ¡sentimientos fuertes! Todo está vinculado en el cerebro. Probablemente por eso Proust recordó de un modo tan célebre la casa de su abuela en Illiers con el sabor de una magdalene. Tiene que haber reglas para evocar recuerdos que se activen con los sabores, con olores, ¡y con los sentimientos! Todo va de la mano, en cierto modo. Pero especialmente los sentimientos, esto es así con los sueños. Los sueños no se asocian con los olores, y eso resulta bastante interesante. No hay olores ni sabores No debe sea porque se reprima el sentido del gusto, simplemente es difícil de simular, o algo así. Pero el estudio de los sueños nos brinda una nueva manera de ver las cosas, especialmente cuando observamos ciertos aspectos de la conciencia que se crean con facilidad cuando estamos despiertos, pero no cuando dormimos, y viceversa. Es fascinante. Pero las emociones, claramente, prevalecen en los sueños.
Las pesadillas. A la gente le aterran las pesadillas. Miremos ahora el cuadro de Fuseli
En primer lugar, las emociones en los sueños son principalmente negativas.
La ansiedad, la ira son en conjunto mucho más frecuentes que el júbilo, que ocurre localmente también, claro, hay sueños buenos, como ya sabes. Pero lo interesante de las pesadillas es esta sensación intensa y opresiva en el pecho… Fuseli representa un íncubo sobre el pecho de la persona que duerme, porque esta figura mitológica siempre se representa así, era una teoría común en Alemania y Suiza.
Pero las pesadillas suceden en el sueño no-REM; normalmente las pesadillas más espantosas (las que son puro terror, con aceleración del pulso, sudores y el sentimiento de que te vas a morir) se producen en el sueño no-REM, y no se asocian con sueños. Claro que se pueden tener también sueños malos, pero la emoción negativa más espeluznante de miedo…
El sistema nervioso autónomo se activa, la tensión arterial sube a 180… el pulso se acelera al doble de lo normal, y llegan los sudores… Pero las pesadillas disminuyen con la edad, con la fase 4 del sueño no REM, que disminuye a los 30. Así que si alguno d tiene veinte años y sufre pesadillas, puede esperar que eso mejore con el proceso de envejecimiento. ¡Eso es lo bueno de envejecer!
Las leyes del cerebro cambian durante el sueño. Cambia la química y así desaparecen factores característicos de la vigilia como la coherencia y la continuidad. Es un cerebro diferente, y por eso no puedes organizar los pensamientos, no sabes quién eres, estás desorientado.
Los psiquiatras Allan Hobson y Robert Mc Carley sostienen que el cerebro es un generador de estados oníricos. Cuando se activan regiones implicadas en los sueños, se desencadena información que el cerebro trata de ordenar a través de un proceso fisiológico. La región implicada es el pontino. Cuando una persona sueña, células nerviosas del bulbo raquídeo llamadas pons son cuarenta veces más activas. Se propone que son las responsables de iniciar el conocido MOR (Movimiento Ocular Rápido) o REM (en inglés) y las imágenes oníricas (a través de la activación de los centros visuales del cerebro).
Bajo el sueño, las células nerviosas del pons transmiten información sobre los movimientos oculares hasta los centros principales del cerebro. Ahora bien, dicha información consistiría en ocasiones muy incoherente para el sistema cerebral que, en una persona despierta, comienza el movimiento de los ojos. Consiguientemente, se concibe al sueño como una forma de ordenar información, como una función biológica que intenta otorgar sentido a esa fuente de información incoherente. El absurdo de los sueños, teorizan ambos psiquiatras, es la falla del cerebro por integrar adecuadamente su propia información. El cerebro, tras recibir la información proveniente de los ojos en el MOR, intenta compararla con la fuente de datos disponibles en la memoria a corto plazo.
Según Allan Hobson, la esencia de la extrañeza de los sueños es la incongruencia y la discontinuidad. ¿Y por qué somos incongruentes cuando soñamos?
Porque la conciencia y los demás factores característicos de la vigilia, que hacen que nuestra conversación sea más o menos coherente, desaparecen. Ya no están. Las leyes del cerebro cambian. Y cambian como consecuencia de la química, ahora lo sabemos. Sabemos que el cerebro cuando dormimos en un cerebro distinto…
Y cuando soñamos, también es otro cerebro diferente. Así que por lo menos hay tres cerebros, y quizá tengamos un número infinitos de cerebros según los estados cerebrales. Si pensamos en la vigilia, por ejemplo, tampoco entendemos muy bien ese estado, hay muchos estados cuando estamos despiertos. Se pueden tener fantasías, y pensamientos. Si estás loco, puedes tener incluso alucinaciones despierto. El cerebro tiene la capacidad de generar una infinidad de estados
Al dormir, se genera una química distinta en el cerebro, es un cerebro distinto. La cantidad de acetilcolina aumenta en las neuronas. Llega en mayores cantidades, se libera de otra manera, se generan grandes oleadas de acetilcolina. Pero lo que más cambia es que la norepinefrina y la serotonina que son dos substancias químicas que sabemos que están relacionadas con la conciencia, el estado de ánimo y la memoria, ¡desaparecen! durante el sueño REM, al soñar. Ya no se liberan al cerebro. Por eso no puedes organizar los pensamientos, no sabes quién eres, estás desorientado… tienes toda esa incongruencia y discontinuidad, porque esas sustancias químicas nos ayudan de algún modo (no sabemos cómo) a organizar nuestros pensamientos cuando estamos despiertos. Pero el hecho de que esto se detenga al soñar hace que los sueños sean interesantes para los psiquiatra, porque tienen todos los elementos de la locura.
La acetilcolina aumenta, y la serotonina y la norepinefrina disminuyen.
Normalmente, los niveles de acetilcolina se controlan e inhiben por la serotonina y la norepinefrina, pero cuando esto se detiene, el sistema de acetilcolina puede campar a sus anchas. Y lo hace. Activa las neuronas que transmiten acetilcolina al prosencéfalo, en grandes cantidades, y gracias a los experimentos de microanálisis sabemos que la acetilcolina se libera en mayores cantidades en el tronco encefálico durante el sueño REM.
Los sueños nos cuentan algo del cerebro. Evidentemente, un sueño nos muestra un estado cerebral que no comprendemos del todo, nadie dice que en los sueños no hay gusto, no hay olfato, y siempre hay movimiento. Siempre hay movimiento en los sueños. Nunca son estáticos. Y sin embargo pasamos la mayor parte de nuestra vida, por lo menos los que trabajamos en universidades u oficinas. Sentados frente al ordenador, o al teléfono… eso nunca pasa en los sueños. Nunca. ¿Y por qué?
Siempre hay movimiento, lo que significa que el movimiento es un organizador muy importante de la memoria, probablemente, y la organización del movimiento en el cerebro se produce en lóbulo frontal, cerca de los sistemas de la memoria y las emociones. Así que, probablemente, al decidir moverte, hay muchas cosas que suceden en el cerebro.
Otra manera interesante de verlo es que, durante el sueño, sólo se produce una reducción del 20% en el consumo de oxígeno. Esto está relacionado con la energía, por supuesto. Así que, mientras duermes, la actividad de tu cerebro es de un 80% respecto a la vigilia, aunque no lo percibimos así. Nos parece que es cero.
Pero el cerebro está haciendo muchas cosas, y evidentemente esto es muy importante para responder una pregunta recurrente: ¿por qué dormimos?
Abandonamos la consciencia, pero nuestro cerebro trabaja continuamente mientras dormimos.Tiene un 80% de actividad mientras dormimos. Y en el sueño REM está casi igual de activo que en la vigilia. De modo que no es cierto que durmamos para descansar. No puede ser así. Quizá un poco, pero sólo una pequeña parte. Tenemos que dormir por otros motivos, motivos positivos. El cerebro está haciendo otra cosa con la información.
Una de las cosas más extraordinarias del ser humano es la memoria. Todos tenemos recuerdos increíbles. Nuestro cerebro está repleto de recuerdos. ¿Cómo los conserva? ¿Cómo los mantiene actualizados y disponibles? Si pensamos en un archivo de fotos con varias películas fotográficas, se deterioraría en 20 años. Buscaríamos un carrete y estaría en pedazos… pero el cerebro puede hacerlo,
Y las partes del cerebro que participan en el almacenamiento de recuerdos están muy vinculadas: el lóbulo temporal. Al estimular el lóbulo temporal, como cuando los neurocirujanos operan el lóbulo temporal, por ejemplo, se evocan recuerdos, los recuerdos llegan al paciente… recuerdos, olores, ¡sentimientos fuertes! Todo está vinculado en el cerebro. Probablemente por eso Proust recordó de un modo tan célebre la casa de su abuela en Illiers con el sabor de una magdalene. Tiene que haber reglas para evocar recuerdos que se activen con los sabores, con olores, ¡y con los sentimientos! Todo va de la mano, en cierto modo. Pero especialmente los sentimientos, esto es así con los sueños. Los sueños no se asocian con los olores, y eso resulta bastante interesante. No hay olores ni sabores No debe sea porque se reprima el sentido del gusto, simplemente es difícil de simular, o algo así. Pero el estudio de los sueños nos brinda una nueva manera de ver las cosas, especialmente cuando observamos ciertos aspectos de la conciencia que se crean con facilidad cuando estamos despiertos, pero no cuando dormimos, y viceversa. Es fascinante. Pero las emociones, claramente, prevalecen en los sueños.
Las pesadillas. A la gente le aterran las pesadillas. Miremos ahora el cuadro de Fuseli
En primer lugar, las emociones en los sueños son principalmente negativas.
La ansiedad, la ira son en conjunto mucho más frecuentes que el júbilo, que ocurre localmente también, claro, hay sueños buenos, como ya sabes. Pero lo interesante de las pesadillas es esta sensación intensa y opresiva en el pecho… Fuseli representa un íncubo sobre el pecho de la persona que duerme, porque esta figura mitológica siempre se representa así, era una teoría común en Alemania y Suiza.
Pero las pesadillas suceden en el sueño no-REM; normalmente las pesadillas más espantosas (las que son puro terror, con aceleración del pulso, sudores y el sentimiento de que te vas a morir) se producen en el sueño no-REM, y no se asocian con sueños. Claro que se pueden tener también sueños malos, pero la emoción negativa más espeluznante de miedo…
El sistema nervioso autónomo se activa, la tensión arterial sube a 180… el pulso se acelera al doble de lo normal, y llegan los sudores… Pero las pesadillas disminuyen con la edad, con la fase 4 del sueño no REM, que disminuye a los 30. Así que si alguno d tiene veinte años y sufre pesadillas, puede esperar que eso mejore con el proceso de envejecimiento. ¡Eso es lo bueno de envejecer!