Soy yo quien te debe todo, porque soy yo quien te ama
(Voltaire, Adelaida de Guesclin)
Decía Rimbaud en Una temporada en el infierno, que hay que reinventar el amor. Dos siglos antes, Spinoza lo definió como “La idea de alegría acompañada de una causa externa”, concepto demasiado amplio, pues entonces me enamoro del pollo asado cuando tengo hambre.
El amor, como la ética, como la alegría, se fundamenta en el entusiasmo . Amar es afirmar de manera entusiasta e incondicional la existencia del otro.
Y en cuanto al otro, no se ponen condiciones ni requisitos a su existencia. Puede ser cualquiera, alto, bajo, gordo, delgado, minusválido. .. Cualquiera pero singular e irrepetible para nosotros.
Amar descubre la verdad del otro. Verdad no de conocer más. La verdad del otro en lo que tiene de singularidad única. Los objetivos de la virtud: generosidad, valor, justicia, los logra el amor sin proponérselo, sin esfuerzo. “Sólo en estado de enamoramiento se acierta a conocer el rasgo ajeno” - señala Eugenio Trías en Tratado de la pasión - “ese que no es intercambiable ni generalizable, ese que es eso y sólo eso”.
Decía Goethe que “ Sentirse amado da más fuerza que sentirse fuerte". Quien nos ama nos da un vigor ilimitado, el que, por otro lado, se propone todo esfuerzo heroico y casi nunca logra del todo alcanzar.
Y tiene un efecto sobre ti mismo: lo más importante es que te conoces de nuevo. Te miras en el espejo y ves que te enfrentas a alguien que es totalmente diferente de la persona que tú pensabas que eras. Porque el amor tiene algo totalmente irracional. Te muestra que todo es más rico, pero también más caótico, más confuso, algo próximo a locura.
Pero otras veces estamos sólo en el otro lado: somos los que amamos, como el poema de Borges dedicado al filósofo que citaba al principio: Baruch Spinoza: (De La moneda de hierro):
El más pródigo amor le fue otorgado / El amor que no espera ser amado
(Voltaire, Adelaida de Guesclin)
Decía Rimbaud en Una temporada en el infierno, que hay que reinventar el amor. Dos siglos antes, Spinoza lo definió como “La idea de alegría acompañada de una causa externa”, concepto demasiado amplio, pues entonces me enamoro del pollo asado cuando tengo hambre.
El amor, como la ética, como la alegría, se fundamenta en el entusiasmo . Amar es afirmar de manera entusiasta e incondicional la existencia del otro.
Y en cuanto al otro, no se ponen condiciones ni requisitos a su existencia. Puede ser cualquiera, alto, bajo, gordo, delgado, minusválido. .. Cualquiera pero singular e irrepetible para nosotros.
Amar descubre la verdad del otro. Verdad no de conocer más. La verdad del otro en lo que tiene de singularidad única. Los objetivos de la virtud: generosidad, valor, justicia, los logra el amor sin proponérselo, sin esfuerzo. “Sólo en estado de enamoramiento se acierta a conocer el rasgo ajeno” - señala Eugenio Trías en Tratado de la pasión - “ese que no es intercambiable ni generalizable, ese que es eso y sólo eso”.
Decía Goethe que “ Sentirse amado da más fuerza que sentirse fuerte". Quien nos ama nos da un vigor ilimitado, el que, por otro lado, se propone todo esfuerzo heroico y casi nunca logra del todo alcanzar.
Y tiene un efecto sobre ti mismo: lo más importante es que te conoces de nuevo. Te miras en el espejo y ves que te enfrentas a alguien que es totalmente diferente de la persona que tú pensabas que eras. Porque el amor tiene algo totalmente irracional. Te muestra que todo es más rico, pero también más caótico, más confuso, algo próximo a locura.
Pero otras veces estamos sólo en el otro lado: somos los que amamos, como el poema de Borges dedicado al filósofo que citaba al principio: Baruch Spinoza: (De La moneda de hierro):
El más pródigo amor le fue otorgado / El amor que no espera ser amado