jueves, 31 de julio de 2008

La verdad y la mentira


Con toda la precampaña en Estados Unidos y el protagonismo de Hillary, recordé el caso Lewinsky, cuando Clinton pidió perdón por haber mentido a los ciudadanos. Yo creo que perdió la ocasión para lo contrario, para decir que si las relaciones con una señorita no constituyen ningún tipo de delito, la única verdad es que no se tiene ningún derecho a esperar una verdad pública de un asunto privado.

Al decir esa verdad privada como cargo público, lo que hace es falsear la relación con los electores, que nada tiene que ver con el comportamiento sexual. La verdad es algo que sólo debemos decir a quién tiene derecho a esperarla de nosotros.

Kant señalaba que se debe decir la verdad ante a todo, a todos y en cualquier circunstancia. Benjamin Constant discrepó en términos parecidos a los de arriba, pues la verdad a toda costa imposibilita la vida, que juega en diversos campos y resguarda lealtades contrapuestas.

sábado, 26 de julio de 2008

El capitalismo inventó el amor a la infancia

Rigoletto arriba, drama de Verdi con mucho amor filial (La donna e mobile)

La aparición del capitalismo en los siglos XVIII y XIX inventó el matrimonio por amor y del amor familiar. En la Europa medieval y campesina, la gente vivía en pueblos, en comunidades rurales y religiosas, donde había un cura y estrictos ritos religiosos. Cuando el capitalismo inventó el asalariado, no imaginó el efecto que tendría en la historia del mundo: los pequeños individuos dejaron sus comunidades de origen para ir a trabajar a la ciudad y, al mismo tiempo, se emanciparon del peso de la tradición y de la religión, y adquirieron una formidable libertad. Todo eso, gracias a esa enorme autonomía financiera -aunque escasa-, por primera vez en la historia.

Hasta ese momento, los casamientos eran arreglados por los padres, por el cura o por la comunidad. La condición del hombre moderno está estrechamente ligada a ese fenómeno. Ese es el momento de la invención del "matrimonio por amor", que es una institución reciente, una institución que aún no existe en buena parte de los países del mundo, donde todavía se casa a los jóvenes por la fuerza.

Con la aparición del capitalismo, para casarse dejó de contar el linaje, el patrimonio, la economía. Lo único importante es el amor, el sentimiento. Ese matrimonio por amor va a hacer aparecer dos cosas desconocidas hasta ese momento: un amor desmesurado por los hijos y el alejamiento del hecho religioso.

En la Edad Media, en el Renacimiento, en todo el siglo XVIII realmente, los niños tenían menos "valor" que los adultos. Montaigne escribió a uno de sus amigos: "He perdido dos o tres bebés" ¿Es posible imaginar en la actualidad a alguien que no sepa cuántos bebés ha perdido? Rousseau abandonó a todos sus hijos sin ningún remordimiento. Bach perdió diez hijos, Lutero perdió otros diez. En el siglo XVIII, en Francia, el 30 por ciento de los niños recién nacidos eran abandonados. Y otros muchos eran confiados a nodrizas. En esa época, moría el 90 por ciento de los niños confiados a nodrizas. Los únicos hijos que contaban eran el primero y, tal vez, el segundo; los demás no existían. Como el matrimonio no estaba fundado en el amor, no había transferencia de amor hacia los hijos.

Con la aparición del amor matrimonial, se inventa una relación con los hijos, en la cual estos se transforman en el momento más importante de la vida afectiva.

miércoles, 23 de julio de 2008

Fumando espero... la satisfacción

Pintura de Henri Rousseau, llamado El aduanero.

Eric Fromm, Edgar Morin y sobre todo Jean Baudrillard han subrayado la estrecha correlacción entre infancia y consumo.

¿Qué es un cliente? Lo mismo que un niño mimado por su familia, que pide y pide. Para el niño todo debe ser accesible inmediatamente, como en los cuentos de Alicia de Lewis Carroll en el que el personaje (la Reina) grita antes de clavarse un alfiler y cicatriza la herida cuando ni siquiera ha sangrado. Así el crédito oculta el sufrimiento de tener que pagar para obtener.

La capacidad de aplazar la gratificación es el fundamento del desarrollo de la inteligencia y del comprotamiento libre. Walter Mischel ha estudiado la resistencia a la compulsión como predictor del nivel de inteligencia. Realizó un estudio a lo largo del tiempo que mostró la importancia del control del estímulo y del retardado en el éxito tanto académico como emocional y social. Puso caramelos al alcance de un grupo de niños de cuatro años, explicando que podrían coger uno ahora o esperar unos minutos y coger dos. Tras catorce años de seguimiento, Mischel descubrió que los impulsivos tenían baja autoestima y umbrales bajos de frustración, mientras que los que habían esperado eran personas socialmente más competentes y con mayor éxito académico.

domingo, 20 de julio de 2008

La moral en los genes

"La Lección de Guitarra” (1934), obra de Balthus. Nos incomoda a todos.

Immanuel Kant postulaba que nuestros juicios morales dependían principalmente de la razón. En cambio para David Hume era la emoción la que guiaba cualquier decisión moral. Marc Hauser, profesor de psicología en la Universidad de Harvard y autor del libro “Moral Minds (Mentes Morales: la naturaleza de lo correcto y lo incorrecto) sostiene la tesis siguiente, ya en el prólogo de su libro: “Nacemos con un instinto moral, una capacidad que crece de forma natural en cada niño, desarrollada para generar juicios rápidos sobre lo que es correcto o incorrecto, y basada en unos procesos que actúan de forma inconsciente. Parte de este mecanismo fue diseñado por la mano ciega de la selección darwiniana millones de años antes que nuestra especie evolucionase. Otros aspectos fueron añadidos o actualizados durante la historia de nuestros antepasados, y son exclusivos de los humanos y su psicología moral.”

Según Hauser existen unos principios universales e inconscientes que subyacen a nuestros juicios sobre lo correcto y lo incorrecto. Las diferencias culturales afectan a cómo actuamos frente a dilemas morales concretos (pena de muerte), pero no tanto en cómo los valoramos de una forma abstracta (matar es malo). En esto todos los humanos compartimos una innata lógica común.

Marc Hauser pretende hacer por la moral lo mismo que Noam Chomsky hizo por el lenguaje. Chomsky propuso la teoría por la cual se hizo famoso, cuya idea principal era la siguiente: si nos fijamos en la adquisición del lenguaje en el niño, los estímulos que recibe son escasos comparado con las generalizaciones que hace, con lo bien que lo aplica, no comete errores de construcción , no dice las frases al revés. Como resultado, tenemos que inferir que el niño ha nacido con cierto tipo de capacidades innatas que, en palabras del propio Chomsky, le permiten hacer “crecer” el lenguaje, no aprenderlo, sino hacer crecer como por ejemplo nos crecen los brazos.

En cuanto a la moral, imagina que conduces un tren y repentinamente ves a cinco personas caminando por la vía. Antes de arrollarlas, puedes desviar el tren a una bifurcación por la que camina una persona solamente. ¿Cogerías el desvío para salvar a las cinco personas a pesar de producir la muerte del otro caminante? La mayoría de las personas dice que lo haría. ¿Sería correcto que un médico le quitara cinco órganos a una persona saludable para salvar la vida a otros cinco pacientes? La mayoría de las personas responde que no. Sin embargo, casi nadie consigue explicar el porqué de sus elecciones.

Otro ejemplo, la prohibición en el incesto, nuestra facultad moral declara instintivamente que ese incesto repugna y es inadmisible. Según Hauser, estos ejemplos son pistas que le permiten suponer que tenemos una moral innata.

martes, 15 de julio de 2008

¡Ay que me meo! ( de risa)

Éste sí que sabe reírse y disfrutar.

Umberto Eco en "El nombre de la rosa"nos muestra una discusión sobre la risa, entre Guillermo y Jorge:

«La risa es signo de estulticia. El que ríe no cree en aquello de lo que ríe, pero tampoco lo odia. Por tanto, reírse del mal significa no estar dispuesto a combatirlo, y reírse del bien significa desconocer la fuerza del bien, que se difunde por sí solo.» Pg. 125

Es la opinión de Jorge de Burgos. Reírse del mal también significa darse cuenta de que no existe, que es lo peor para la mente de un fraile intransigente.

En esta otra frase, Jorge sigue defendiendo su idea:

«Y así, al reír, el necio dice implícitamente: «Deum non est.»» Pg. 126.

Porque para él Dios es terquedad y fanatismo, lo opuesto al humor.

En mi opinión la risa es la antítesis del miedo. Lo mismo que la tristeza es la antítesis de la alegría y el amor lo es del odio. Por eso, la risa es temible para una concepción religiosa que se basa en el temor de dios.Los monjes medievales tenían prohibído reirse.

La trama de El nombre de la Rosa se sustenta en la aparición de una copia, dentro de la biblioteca del monasterio, del segundo libro de La poética de Aristóteles, supuestamente perdido, que estaba dedicado al estudio de la comedia antigua y al concepto de catarsis. No se sabe a ciencia cierta si existió, aunque todo parece indicar que sí. Hay varias teorías sobre su desparición aunque la más plausible es la de Richard Janko, que señala que en general la poética no fue muy popular y esa falta de interés hace que desaparezca la segunda parte en sucesivas ediciones. Eran muy leídas, en cambio,la ética , la política,etc.

En su libro "Expresión de las emociones en el hombre y los animales" Charles Darwin señala que la base evolutiva de la risa tiene por función la expresión social de felicidad y que esto otorga una ventaja de supervivencia cohesiva para el grupo. El sonreír y la risa no son únicamente expresiones humanas; de hecho, se ha observado en jóvenes chimpancés una cara juguetona con su vocalización asociada que acompaña acciones como el juego, las cosquillas o el juego de morder.

Según Kant lo que provoca la risa es manifestación de algo absurdo, un agujero en la explicación de las cosas; pone como ejemplo, que a él le parece graciosísimo, el caso de un comerciante al que entristeció tanto perder su fortuna que hasta su peluca se volvió gris.

Henry Bergson lo explica como el contraste entre los proyectos y la inercia que los trunca (como el que corre a coger el autobús y resbala por la piel de un plátano)

Clément Rosset dice que es cuando lo caótico del azar se impone de pronto sobre las apariencias del orden.

George de Santayana dice que contra la vanidad y el autoengaño, contra la verborrea por la que el hombre se cree que es la meta del universo, la risa es la mejor defensa propia.

En El libro de la risa y el olvido, Milan Kundera señala que el mundo está dominado por ángeles y por diablos, y que es necesario un cierto equilibrio entre ambos poderes:

"Si hay en el mundo demasiado sentido indiscutible (el gobierno de los ángeles), el hombre sucumbe bajo su peso. Si el mundo pierde completamente su sentido (el gobierno de los diablos) tampoco se puede vivir en él."

"Las cosas, repentinamente privadas del sentido que se les supone, del lugar que tienen asignado en el pretendido orden del mundo [...] provocan nuestra risa. La risa pertenece pues, originalmente, al diablo. Hay en ella algo de malicia (las cosas resultan diferentes de lo que pretendían ser), pero también algo de alivio bienhechor (las cosas son más ligeras de lo que parecen, nos permiten vivir más libremente, dejan de oprimirnos con su austera severidad)"

La risa es, sobre todo, un remedio eficaz contra el "espíritu de la pesadez": nos alarma y a la vez nos da gozo porque nos dispensa por un instante de nuestra obligación de mantener la coherencia, nos alivia y nos hace comprender que no somos los guardianes de lo que ocurre.


sábado, 12 de julio de 2008

El periodismo amarillo


Durante muchos años se ha hablado de periodismo amarillo para calificar actitudes sensacionalistas - y a la vez poco honradas - de la prensa. Esta denominación provino de un personaje que a la vez fue el inicio de la historia de los comics a finales del siglo XIX: un chaval orejudo y con tonta sonrisa, ataviado con un camisón de dormir de color amarillo en el que se sobreimprimían frases con mensajes de sátira social. Se acabó llamando The Yellow Kid.

El 5 de mayo de 1895 apareció en el suplemento dominical del diario de Joseph Pulitzer, The New York World , en entregas de una sola viñeta y por el color de su prenda de vestir empezó a ser conocido por los lectores tal como hemos escrito, The Yellow Kid ( el niño amarillo).

Para la sensibilidad burguesa de la época, las frases de la camiseta y las situaciones barriobajeras de los chistes se correspodían con un periodismo que anteponía provocar impacto a la seriedad. De ahí el origen de que determinada prensa se adjetivase amarilla.

Esta relación arreció cuando The Yellow Kid pasó en 1896 a un diario rival, el New York Journal, propieda de William Randolp Hearst, el magnate a quien alude Orson Welles en Ciudadano Kane. Hearst conducía entonces su periódico por los caminos adheridos a la prensa amarilla.

jueves, 10 de julio de 2008

Los toros en el siglo de oro y la Iglesia que los persigue

Goya, suerte del salto de la garrocha


En la España del siglo de oro no había fiesta que no se coronase con una lidia de toros. Las corridas de todos tal como las conocemos ahora, surgen muy a finales del siglo XVII, antes la lidia era a caballo, pues se consideraba que era la manera más efectiva de competir con la velocidad del toro, aunque las clases populares también la ejercitaban a pie, pero de una manera parecida a lo que son ahora los Sanfermines.

Tanto en las fiestas universitarias (Salamanca, Alcalá de Henares, Sevilla...) como de las cuidades, en ambas honrando a sus patronos, los toros eran el acontecimiento por excelencia, y está demostrado en documentos el entusiasmo por los caballos y los pelajes, pues era un arte noble y ecuestre. Se acaba imponiendo como recinto La Plaza Mayor, importada de Italia, y extendida en el Renacimiento en Andalucía, Castilla, Levante, ya que es un sitio amplio y despejado donde los nobles pueden exhibir su maestría a caballo. La fiestas de toros estaban presididas por el Comendador de la ciudad o el Rey en su caso

Pero llega la vieja censura, cuyo trasfondo era el puritanismo. Los teólogos condenaron pronto las corridas de toros y tres papas publicaron bulas sobre este tema: Así el Arcipreste de Talavera, en el siglo XV, censura las reuniones que se provocan al efecto, ya que al ir mujeres, nace la posibilidad de pecado. Pio V en 1567, en la bula De salute gregis dominici prohibió toda la lidia de toros y amenazó con la excomunión a los participantes y a los religiosos que asistieron a ellas. Gregorio XIII, menos severo, la prohibió los domingos y cuando pudiera tener consecuencias funestas. Sixto V, por su parte se indignaba (1586) de que los profesores de Salamanca asistieran a las corridas de toros y declararan que podían participar en ellas sin cometer pecado.

viernes, 4 de julio de 2008

Zeus y los Reyes Magos

Leda seducida por el cisne

Jean Piaget se preguntó si los niños creen de verdad en los Reyes Magos. Concluyó que los niños creen en los Reyes Magos, aunque saben que sus padres han comprado los regalos. El historiador francés Paul Veyne, dedicó hace años un estudio al mismo tema (¿Creyeron los Griegos en sus mitos? Ensayo sobre la imaginación constituyente) Quería averiguar si los griegos creían de verdad en sus mitos. ¿Algún amigo de Platón podía creer que para copular con Leda había Zeus tomado la forma de un cisne? Su conclusión no difería de la de Piaget: antes de la era moderna, del dominio científico, era cabalmente compatible creer y no creer en algo. Las leyendas tenían su verdad y la geometría otra.

Sin duda los mitos no eran considerados como cuentos. En Jénófanes de Colofón ( alrededor de 525 a. C.) podemos ver un ejemplo de hasta donde podía llegar la incredulidad de algunos griegos ante sus dioses, pero ello no implica que los griegos no creyesen, ni mucho menos, en sus mitos.

Jenófanes ironizaba sobre los dioses antropomorfizados (que actuaban y tenían facciones humanas), en su opinión las leyendas de los poetas eran responsables de la corrupción moral de sus tiempos: "Homero y Hesíodo adjudicaron a los dioses todas las cosas que son una vergüenza y una desgracia para los mortales, los robos y los adulterios y defraudar a los demás". Al observar que otras civilizaciones también tenían dioses que se les parecían (que los etíopes tenían dioses negros) comenzó a ironizar diciendo que "si los leones tuvieran manos capaces de hacer arte seguramente sus dioses tendrían cuatro patas y cola".