jueves, 31 de enero de 2008

La democratización del gusto (II). Música.

Miguel Ángel. La creación. Sixtina.

Beethoven va hacia Haydn lanzándose a besar su mano en la interpretación de La Creación que dirige Salieri en 1808. Haydn, emocionado, tiene que abandonar la sala después de la primera parte. El concierto termina en apoteosis.

Haydn trabaja en la partitura pensando en su duración para la posteridad, con lo que se basa en la tradición. La obra ilustra la creación del mundo, tal como se narra en el Génesis. Además de este libro, sus fuentes de inspiración son los Salmos y El Paraíso Perdido de Milton.

De La Creación se dijo en su época que era “la proclamación de una humanidad a imagen de Dios”; pero es más un triunfo del humanismo, un Dios concebido a escala humana, que una exaltación de Dios. Obra antagónica, ésta de Haydn, tanto de la glorificación divina de El Mesías de Haendel como con el Dios todopoderoso e inalcanzable para el ser humano de Bach. Haydn consagra al hombre como medida de todas las cosas.

La secularización que supone Haydn, como la más radical de Mozart, será otro nacimiento y divinización: la del arte y el artista.

sábado, 26 de enero de 2008

Con la democracia nace el gusto

Velázquez con la cruz de la Orden de Santiago en Las meninas. El pintor recalca sus méritos. Pasa de artesano a artista.

En la estética, lo que caracterizó a los griegos o egipcios, es que las obras de arte tenían por misión el reflejo de un orden exterior, religioso o cósmico. Por tomar a los griegos, los griegos sostenían que la obra de arte era un microcosmos que representaba el orden general del macrocosmos.

Al contrario, lo que define al mundo estético moderno a partir del siglo XVII, es que cada vez más la obra de arte no es representación de un mundo exterior, sino el reflejo de la personalidad. A partir de éste siglo XVII, aproximadamente, la verdad de la obra de arte se encuentra en el interior del artista. Y este movimiento de individualización del arte es paralelo al movimiento de ascensión democrática en el terreno político. Paralelo a la decisión de los ciudadanos de apropiarse de la ley, de la autoridad y de la historia y no depender de dictados religiosos exteriores a ellos.

En el siglo XVII existe una revolución en cuanto al autor, aparece la idea de autor, de artista o de genio. Pero existe otra revolución del lado del público. Esta revolución se centra en el nacimiento del gusto, como expresión de facultad individual. El gusto que empleó Baltasar Gracián por primera vez sin referirlo a términos culinarios atribuye a la subjetividad la capacidad de distinguir entre lo feo y lo hermoso.

Pero, ¿cómo explicar que a partir de lo subjetivo se establezca un consenso en torno a determinadas obras y autores al punto de convertirlas en obras maestras? Aquí volvemos al asunto de la democracia en el plano político, al consenso colectivo formado a partir de los deseos y aspiraciones individuales. Se trata de una especie de contrato social en el que las voluntades individuales convergen en un acuerdo que las trasciende y de ahí nace la obra maestra.

Tercer aspecto: aparición del autor y del gusto y como corolario surge a la vez el valor de la originalidad. Puesto que el arte ya no consiste en reproducir modelos exteriores, se enaltece la innovación, la capacidad de aportar visiones distintas. Nace el crítico de arte se concentra en señalar aquello que es nuevo e innovador. Precisamente también de esta época es el nacimiento del museo. El museo es el paso de las colecciones privadas a la exhibición pública, se democratiza el arte.

En resumen: la individualización de la democracia genera el gusto subjetivos y la suma de gustos subjetivos, con la sugerencia del crítico sobre su valor innovador, da lugar a la obra de arte.


jueves, 24 de enero de 2008

Autómata

El truco de Von Kempeler

Ahora que están tan en boga las investigaciones reconstruyendo los autómatas de Leonardo, recordemos alguno que ha hecho historia, como el autómata jugador de ajedrez (conocido como El Turco ) del barón Von Kempeler (s. XVIII), obra maestra de la estafa. Lo contó Edgar Allan Poe en su ensayo El jugador de ajedrez de Maelzel, donde relató que era un enano que que se metía en una caja anexa al autómata y hacía los movimientos. Maelzel era un tipo que, a la muerte del barón, adquirió la máquina y realizó una gira de exhibición.

Luigi Russolo, el futurista, inventó el autómata anti claro de luna. Russolo creo unas máquinas magníficas llamadas síntoma rumori, que eran bocinas y emitían ruidos alucinantes de todo tipo, bombas, sirenas, tremendo.

Los autómatas sinéstésicos del movimiento utópico moderno, como el caso del compositor Scriabin, con una suerte de órganos que decía que podía interpretar los colores con notas musicales y viceversa.

El Golem famoso, creado a partir del barro, el la mitología judía; el más famoso el que construye el Rabino de Praga, con la palabra le da la vida. Al introducir la palabra Emet (verdad) dentro del personaje de arcilla se la da, pero esa misma palabra, al borrar una de las letras, lo que es vida es muerte. (Met es muerte en hebreo).

martes, 22 de enero de 2008

Corto y cambio

Salvador Dalí. Metamorfosis de Narcisos


Jean Paul Sartre pensaba, al principio de sus escritos, que podíamos elegirnos de arriba a abajo. Pero se contradecía pues él estaba realmente muy preocupado por la imagen que daba de sí mismo ante la mirada ajena.

Paul Watzlawick, Gregory Batteson y la Escuela de Palo Alto se interesan por el cambio puntual: una acción, a veces mínima. Una escala progresiva y gradual de pequeños objetivos, sin provocar ansiedad, pues no ven posible modificar radicalmente lo que llaman yo ocurrente.

Y es que nuestro yo ocurrente es muy díscolo, no atiende a razones, al contrario, pretender razonar favorece la aparición de resistencias. Watzlawick sostiene la idea de que todo sistema se resiste al cambio y si se toma consciencia de ese cambio se pone en guardia, Para cambiar hay que salirse de alguna manera de ese sistema.

Una posibilidad es optar por la alternativa del ideal griego; para los griegos, el supremo valor no era la vida real, sino la vida posible. No dirigir nuestro amor propio a lo que somos, sino a lo que podríamos ser, un ideal de virtud, la areté.

domingo, 20 de enero de 2008

Noticias del Más allá

Doctor Gachet, Vincent Van Gogh

En una de sus anotaciones del que ha titulado Cuaderno de Balthus, el crítico y ensayista estadounidense Guy Davenport, comenta la perplejidad de Darwin al comprobar la persistencia de la fascinación sexual tras la cópula, como si la belleza no se limitase biológicamente a ser sólo el acicate para provocar el deseo, sino que su encanto perdurase tras la satisfacción de éste.

De esta manera, la belleza tendría un antes y un después del cumplimiento instintivo; estaría marcada por lo que excede, o, si se quiere, por un más allá, y ese punto habría tenido lugar el nacimiento del arte.

En otra anotación comenta lo que escribió Merleau-Ponty sobre el afán de Van Gogh por ir asimismo "más allá" de la pintura sin dejar de pintar. Davenport nos indica que en ello habría que encontrar la razón fundamental de toda cultura.

Y desde luego, ni el biólogo británico ni el pintor holandés, ni el filósofo francés Merleau-Ponty remitían ese más allá a lo religioso, ni a nada espiritual.

martes, 15 de enero de 2008

Educando y sin el mazo dando.

Suficientemente preparados

Hace un año aproximadamente discutía con un amigo acerca de los resultados de una encuesta internacional sobre los conocimientos de estudiantes de muchos países, entre los cuales quedaban en muy mala posición los alumnos españoles (el famoso informe PISA. Se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de unos exámenes mundiales que se realizan cada tres años y que tienen como fin la valoración internacional de los alumnos. Este informe es resultado de la realización de pruebas iguales a estudiantes de 15 años. En el informe realizado en 2006 participaron 62 países, y en cada país fueron examinados entre 4500 y 10.000 estudiantes).

Mi amigo se escandalizaba de que nuestra juventud estuviese cada vez "peor preparada". Su inquietud se refería a la falta de conocimientos en materias como ciencias, historia, geografía o literatura. ¿Qué profesionales podemos esperar si las nuevas generaciones padecen tales deficiencias en su formación? …

Yo compartía en parte su preocupación pero añadí que no era esa presunta falta de preparación académica lo que más me preocupaba de los jóvenes actuales. Por el contrario, a mí lo que me asusta es que además, mucha gente con suficiente competencia profesional tiene una perfecta incompetencia social. O sea, son idiotas.

Tomaremos el término idiota, según su etimología griega ésto es: persona carente de interés cívico y de capacidad para desarrollar las funciones que corresponden a un ciudadano.

En uno de los últimos libros de John Kenneth Galbraith antes de fallecer, aseguraba que todas las democracias actuales viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes. Por "ignorantes" no entiende aquellas personas que desconocen dónde está Tegucigalpa o quién fue el abuelo de Chindasvinto. Los ignorantes de Galbraith, los idiotas, no simplemente están mal informados académicamente sino sobre todo mal formados cívicamente: no saben expresar con argumentos sus demandas sociales, no son capaces de discernir en un texto sencillo o en un discurso político lo que hay de sustancia y lo que es demagogia, desconocen los valores que deben ser compartidos y aquellos contra los que es conveniente rebelarse.

Un panel publicitario de una escuela de Brasil, que reprodujo algún periódico español, mostraba una gran foto de de Bin Laden, con la leyenda: Osama Bin Laden, ingeniero. Formar profesionales es fácil, lo difícil es formar ciudadanos.

Probablemente la preparación técnica de nuestros días es mejor que la del pasado. Pero la educación de lo que trata y no consigue es de acuñar miembros responsables, tolerantes y críticos, para vivir en sociedades pluralistas. Y más bien patentamos insolidarios que sólo se preocupan de sus derechos pero no de sus deberes o fanáticos que dan miedo. O sea idiotas, pero eso si, suficientemente preparados.



domingo, 13 de enero de 2008

La provocación


Fue una de las claves del espíritu vanguardista. Como el mingitorio de Marcel Duchamp. Este gesto provocador formaba parte de las vanguardias artísticas surgidas a principios del siglo pasado como reacción a la crisis del ideal burgués de progreso humano; crisis originada por la Primera Guerra Mundial.

No sólo obras de arte, sino acciones. Cuenta Alberti que Buñuel, en la época de la Residencia de Estudiantes (1920-30), se disfrazaba de cura con una sotana e iba a comer a un restaurante. Cuando le traían la cuenta, simulando ser excesiva, empezaba a cagarse en Dios... En 1929 estrena Un perro andaluz, con la colaboración de Salvador Dalí: En París, el 6 de julio, ante un público que recibió entusiasmado la provocación y el escándalo que traducía esta experiencia surrealista de imágenes inconexas y oníricas.

Por las mismas fechas, un poeta vanguardista de Sevilla anunció con carteles que iba aponer un huevo en el Ateneo ... y llenó la sala donde fingió al puesta. Hubo escándalo.

A otros les fue peor. Baudelaire se tiñó una vez el pelo de verde y encontró a un conocido que nada le observaba sobre el particular. Al reprochárselo el poeta, aquél le respondió que llevar el pelo verde estaba ya muy extendido entre los burgueses, si al menos se hubiese teñido de azul celeste...

jueves, 10 de enero de 2008

¡Un saludo!


Todos nos hemos preguntado por esa forma un tanto afectada de saludar de Hitler. Lo hemos visto, entre otros muchos sitios, en el NODO, en el famoso encuentro con Franco en Hendaya.

La solución al enigma es que había dos saludos. El saludo "tipo" se realizaba levantando el brazo derecho extendido totalmente hasta la altura de los ojos aproximadamente.



La otra forma, que se conoce informalmente como el saludo de "vuelta" es el típico que hacía Hitler cuando le saludaban, no con el brazo extendido, sino poniendo la palma de la mano a la altura de la oreja (la que comentamos al inicio). La esencia del saludo era levantar el brazo derecho y que la palma de la mano fuera visible en mayor o menor medida.

El saludo de vuelta no estaba reservado para Hitler. El saludo de vuelta solía hacerse cuando alguien era saludado primero. Era una forma de devolver el saludo recibido.


El saludo tipo consistía en extender el brazo y la mano derechos a la vez que se exclamaba Heil Hitler! o Sieg Heil! Aproximadamente desde 1925, constituyó la forma ordinaria de saludo entre los nacionalsocialistas alemanes. Hitler imitó esta clase de saludo no sólo del “saluto romano“ implantado por Mussolini en Italia -a imitación, a su vez, del saludo del Imperio Romano-, sino también de las costumbres propias de su tierra de origen, Austria, donde Heilsalud!) era una forma de saludo corriente entre amigos, sobre todo entre los grupos pangermanistas austriacos con los que Hitler simpatizaba durante su infancia en Linz, frente a la expresión Hocharriba!) empleada por los partidarios de la casa de Habsburgo . Hitler decidió apropiarse del saludo fascista tras leer que, en la Dieta de Worms, que Lutero fue recibido con ese saludo, que por aquel entonces tenía un significado pacífico.



Éste "saludo alemán" se hizo obligatorio para los empleados públicos desde 1933, mediante un decreto. Se imponía el saludo con el objetivo de mostrar "de forma manifiesta la solidaridad de todo el pueblo alemán con su líder". Y amenazaba: "cualquiera que no desee hallarse bajo la sospecha de estar conscientemente comportándose de forma negativa tendría por tanto que dar el saludo Hitler". Más tarde se dispuso una cláusula adicional que estipulaba que si por causa de discapacidad física no se podía elevar el brazo derecho, sería correcto levantar el izquierdo.

Incluso la propaganda recurrió al falseamiento. Leni Riefensthal, en su premiadísimo documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín (considerado el mejor y más innovador documental de la historia), hizo filmar a distancia el saludo olímpico de los deportistas franceses (brazo estirado lateralmente con la palma de la mano hacia abajo) de tal modo que el espectador tenía la sensación de que los atletas estaban rindiendo pleitesía al Führer mediante el saludo nazi.

martes, 8 de enero de 2008

La segunda mirada del otro

Edgar Degas, Mujer introduciéndose en la bañera


"Da igual que existan mujeres que acepten mejor que los hombres el hecho de envejecer, pues lo terrible es la mirada que se posa sobre ellas"

(Bernard-Henri Levy, Hombres y mujeres, conversaciones con Françoise Giroud.)

En otro momento del libro, Françoise Giroud , (célebre periodista y escritora, ya fallecida, que ocupó, en Francia, la Secretaría de Estado para la Mujer y también la de Cultura, ), se despacha contra el matrimonio en términos cotidianos: “Lo que me horroriza del matrimonio es la cohabitación… El cuarto de baño en común… Ese abandonarse de que uno es testigo”.

Henri Levy niega la mayor y le responde : " ...ese peso de la vida común, esos problemas de cepillo de dientes, cuarto de baño, nunca me han perturbado realmente...Me habla usted de las pequeñas miserias de la vida cotidiana. Bueno. Pues también eso me gusta! A veces, incluso, es lo que me turba. Una mujer en su baño… Una mujer que se viste… Una mujer que se maquilla. Desde que soy niño la idea de una mujer maquillándose me turba. Sin hablar de lo demás… De todo lo demás… Incluida la intimidad más oscura, la que ‘ella’ hace cuanto puede por ocultarte y que sin embargo tú sospechas."

No sé con cuál quedarme...

lunes, 7 de enero de 2008

¡Olé!

Zeviro, pintor suizo aficionado a los toros

Los antitaurinos denigran la fiesta por dos razones: lo indebido y vil de su supuesta crueldad y el derecho de los animales a ser tratados humanitariamente.

Es obvio que no toda crueldad es nefasta ni responde a un capricho morboso: sin cierta crueldad nunca aprenderíamos nada, ni nos someteríamos a leyes, ni aceptaríamos deberes morales. Ya Nietszche habló de esta dimensión de la formación humana y Platón se refería a la pedagogía del placer y del dolor .

Sólo la crueldad por sí misma es un sinsentido. Pero la supuesta crueldad de la fiesta taurina es un medio para lograr algo distinto, sea belleza plástica, exaltación o pasatiempo. Casi todos los pasatiempos son crueles, desde los juegos de azar, los concursos de la televisión y hasta la tragedia griega. ¿Acaso son innecesarios los pasatiempos? Para los hombres, conscientes de lo cruel que es la vida, no hay nada tan necesario.

El segundo argumento es el presunto derecho de los animales a un trato humanitario. ¿Se puede hablar de derechos de los animales?. Desde antiguo sabemos que complacerse en maltratar animales revela mala índole. Pero en este punto coinciden el buen cazador o el aficionada a los toros. Nadie conoce mejor que él la diferencia entre lidiar un toro o maltratarlo, la fiesta se estiliza y cada vez se aleja más de la estética del matarife.

Los animales en sí no tienen derechos porque no pueden tener deberes. ¿Se respetan las especies de animales y de seres vivos sus derechos entre sí?. Son lo que son, no lo que deben ser. Los animales nos muestran una vitalidad que asumen por necesidad. Los animales sufren y hacen sufrir a otros bichos, pero no son crueles. Lo que sí podemos tener es una preocupación por atenderlos.

sábado, 5 de enero de 2008

SANTA TERESA Y EL ÉXTASIS

Éxtasis de Santa Teresa
Su entrada en el convento coincidió con una enfermedad que la acompañaría media vida, una brucelosis que se desarrolló en varias etapas siendo la pericarditis su primera manifestación. A los 19 años tuvo un coma de tres días de duración secundario a una meningoencefalitis brucelósica que le dejó múltiples secuelas neurológicas: contracturas, debilidad, parálisis y una epilepsia secundaria y que disparó los rumores acerca de su santidad pues ya la daban por muerta.

Luego sufrió muchos éxtasis en los que logró tener conversaciones con Dios donde la hablaba sobre lo que debía hacer. En alguno de esos éxtasis levitaba más de un metro sobre el suelo.

En uno de sus éxtasis sufrió la aparición de un ángel, que portaba una flecha que le atravesó el corazón como bien explica ella:

"Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios"

Eso es lo que representó Bernini en su archiconocida escultura del Éxtasis de Santa Teresa , donde la santa se encuentra en el momento anterior en el que el ángel le clava la flecha de oro en el corazón.

Cuentan que a su muerte, se descubrió que tenía una herida punzante en el corazón.

Tan solo ocho años después de su muerte (1582), en 1590 apareció su primera biografía; al poco otra. Esta rapidez en utilizarla como ejemplo por parte de la Iglesia respondía al interés de la jerarquía eclesiástica en convertir la figura de Teresa en un instrumento de la Contrarreforma. Fue este motivo el que llevó a la familia Cornaro a encargar al escultor Bernini una obra que mostrase a Santa Teresa en pleno éxtasis. Lo que no podían imaginar los mecenas era que la escultura iba a tener las connotaciones erótico-místicas que hicieron de ella una obra fundamental en cualquier tratado de erotismo y arte. Un ejemplo lo encontramos en el libro de Georges Bataille El erotismo, donde el rostro de la Santa Teresa de Bernini ilustra la portada. En ese libro, Bataille habla de las neurosis de la santa como una "experiencia mística que no es más que una sexualidad transpuesta y, por tanto, una conducta neurótica". En otro tono, Dan Brown utiliza la estatua de Bernini en su libro Ángeles y demonios para dar una de las pistas de su trama de Iluminados y no duda en considerar que en la figura esculpida la santa parece "a punto de gozar de un orgasmo brutal".

Mística y sufí

El camino sutil del sufismo tocó toda la tradición mística de Occidente y en especial la mística española renacentista. La relación de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús con poetas sufís fue probada ya desde principios del siglo XX por el sacerdote español Miguel Asín Palacios. Siguiendo con esta tradición sufí Teresa busca a Dios a través del mundo de los sentidos, Teresa no habla con Dios, simplemente le ve y se produce un encantamiento ante la contemplación, algo que se sitúa más allá del orgasmo genital y que no por ello deja de participar en las sensaciones del mismo. No en vano la tradición sufí utiliza precisamente el sexo como puente entre los humano y material y lo divino, esa es precisamente la función de Eros.

Santa Teresa abandonó sus alucinaciones cuando comenzó su vida pública y se dedicó a fundar conventos de la orden que ella misma había transformado apelando a los antiguos votos de pobreza, obediencia y abandono de todo boato social. Fue así como fundó las carmelitas descalzas que vinieron a sustituir a su antigua orden en donde la separación entre monjas según el linaje, los escarceos nocturnos de los galanes y las corruptelas derivadas de grandes dotes económicas contribuían a agrandar aún más las diferencias sociales entre monjas doñas y criadas que entraban en religión siguiendo a su señora.

Teresa tardó cierto tiempo en entender cual era su misión, un tiempo lleno de desgarros, de búsqueda espiritual, de dudas sobre lo que veía y sentía. Hasta que no conoció a S. Pedro de Alcántara y a S. Francisco de Borja sus protectores frente al tribunal del Santo Oficio, es muy probable que su búsqueda derivara en un ejercicio de demostraciones místicas: en una escalada que tuvo que legitimar precisamente a través de la escritura de su obra maestra: El libro de su vida, su confesor le sugirió que escribiera este libro precisamente para servir de testimonio frente a la Inquisición. De lo que se trataba era de discriminar si sus visiones eran obra de Dios o del demonio.

El éxtasis de Teresa podría ser su condición anímica, una persona desgarrada en la búsqueda de una misión que de sentido a su vida, la reforma de la orden, y que necesariamente debe encajarse en la realidad, en lo posible. Y esa condición anímica especial sólo está al alcance de unos pocos.

Un día una sobrina le dijo: "Lo mejor sería fundar una comunidad en que cada casa tuviera pocas hermanas". Santa Teresa consideró esta idea como venida del cielo y se propuso fundar un nuevo convento, con pocas hermanas pero bien fervorosas. Ella llevaba ya 25 años en el convento. Una viuda rica le ofreció una pequeña casa para ello. San Pedro de Alcántara, San Luis Beltrán y el obispo de la ciudad apoyaron la idea. El Provincial de los Carmelitas concedió el permiso.

Nunca más volvió a alucinar, aunque sus fiebres recurrentes la acompañaron de por vida. Murió a los 67 años de un cáncer de útero.

jueves, 3 de enero de 2008

EL APEGO Y EL CONSERVADURISMO

Ángeles Santos Torroella

El apego a ciertos bienes materiales es el más corrosivo punto de partida para deslizarse hacia la decadencia del cuerpo, mente y espíritu. Es mejor obligarse a no guardar apenas cosas, releer libros pocas veces, sólo por no descubrir de nuevo el Mediterráneo, no escuchar una y otra vez viejos discos. E imponerse la disciplina de buscar alternativas nuevas antes que revolcarse en lo que sé seguro que me gusta. Procurar no tener costumbres o aficiones muy adquiridas que por satisfacernos tanto pueda ocultar la visión de otras perspectivas.

Uno se hace conservador cuando los chips del cerebro están gastados y ya no pueden admitir más información, más novedades, pues ya no te caben. Entonces sientes un rechazo natural a admitir cosas nuevas. Te haces conservador porque te quedas con lo único que entiendes.

Los hábitos: Aquello que se siente, en la medida que se expresa, hace al ser humano capturable. El cazador es el que conoce los límites de los rituales de los demás. Si alguien no tiene hábitos, si cada vez que le llega una circunstancia la piensa de nuevo y decide qué hacer, nunca será cazado.

Los rituales, las costumbres, las manías repetitivas, surgen por todo lo que provocamos cada vez que tomamos una decisión, la sucesión de complicadas causas y efectos inaprensibles, que se nos escapan. Y como defensa, nos conformamos con el ritual y ser cazados, con tal de no meternos en el tremendo berenjenal de investigar las consecuencias de nuestros actos.

La fijeza en las costumbres es símbolo de pereza intelectual. Preferimos, si antes hicimos algo y no fue del todo nefasto, repetirlo, y así se pasa de padres a hijos

Y en cuanto a las relaciones personales, no merece la pena aguantar más de la cuenta y nada da más gusto que hacer lo que a uno le da la gana sin miedo a lo que pueda pasar, porque al final tampoco pasa nada y si no bailas con una, bailas con otra, lo que es ampliable a todos los aspectos de la vida.